Hola, mi nombre es Carolina y la mayoría de mis compras siempre han sido pares. Sé que se lee casi como una broma, pero es tan cierto como que la lluvia cae de arriba hacia abajo (menos en Concepción; aquí llueve para todos lados) y llega a ser vergonzoso.
No tengo muy claro por qué comenzó esto, pero les contaré cómo funciona a diario en mi vivir.
Siempre era/es odioso mandarme a comprar cualquier cosa, así que la gente optaba por ignorarme e ir ellos mismos al almacén del barrio, pero a veces no había más alternativa que pedírmelo a mí.
Recuerdo cuando era pequeña - creo que tenía unos 10 ó 12 años -, y mi madre preparaba el almuerzo mientras vigilaba a mi hermana menor (también recuerdo que parecía pulpo). Sus palabras fueron simples, pero desgarraron mi alma al punto de sentir que me arrojaba un balde con agua heladísima en todo el cuerpo.
"Anda a comprar por favor. Quiero tres huevos y tres tomates"
Al ver mi cara de espanto comenzó a rebuscar, a regañadientes, en sus bolsillos. Y así el pedido se convirtió en cuatro huevos y cuatro tomates.
Afortunadamente para mí, esta "manía" sólo pasa con algunas cosas, mayoritariamente la comida. Por ejemplo, puedo comprar una malla de naranjas, papas o zanahorias sin ningún problema - ni siquiera me molesto en contar su contenido -, pero si compro a granel siempre serán pares.
Por otro lado, también puedo comprar un tarro de café, leche o milo sin mayor inconveniente (quizás porque en mi cabeza pienso que serán muchas cucharadas pares de diversión… pero prefiero no pensarlo mucho).
Como dije en un comienzo, no sé muy bien cuándo comenzó esta manía y me encantaría tener un hecho traumático al cual culpar, pero no lo tengo. Simplemente es una manía, tan arraigada que ya forma parte de mi diario vivir y he aprendido a querer esta "cosa de loca".
Imagen CC PinkCotton