Veo gatos por todos lados. Porque claro, es agosto, el mes en que los felinos buscan al amor de su vida. Pero también es la temporada en que "las gatas" empiezan a prepararse para lo que viene; entiéndase primavera, verano, falditas cortas y harta piel.
Tres de mis mejores amigas ya están a dieta, guardando calorías para el 18, porque saben -se conocen bien- que en las Fiestas Patrias se van a comer su propio peso en carne. Por eso hoy les traigo mi mensaje de esperanza, un mensaje que viene desde una talla L. Porque mi XS interior (también llamada belleza interna) quiere decirles a todas ustedes, hermosas mujeres, gatas around the world, que a las únicas que les importa cuánto pesan, cómo se visten, o si tienen o no las pestañas crespas, es a otras mujeres y a su amigo gay. El amor de su vida no lo van a encontrar en una fonda y aunque les cueste creerlo, matarse de hambre es igual de estúpido que comer como descosida.
Así que paren de subir fotos con su famélica comida y su ropa de gym, porque todos sabemos que sólo comen ensalada cuando las están mirando. Si no, estarían comiéndose hasta la mostaza del refrigerador.
Además, ¿qué sentido tiene que yo, por ejemplo, sea partícipe de su dieta? Partan de la base que jamás, nunca en la vida le diría a otro ser humano "estás gorda". Y cualquier persona que se precie de tener algo de corazón tampoco les dirá la verdad. Si quieren una opinión sincera de su aspecto es mucho más sencillo y menos humillante ir donde un nutricionista o hacerle caso a lo que dice el corazón con patas del "Elige vivir sano".
Bueno, y si lo anterior no funciona, entonces mejor créanse las más gatas: este es su mes, y ojalá encuentren a alguien que les dé el Whiskas de cada día y sean felices, a lo Bridget Jones, tal cual son.
Imagen CC Nick-K
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