La primera vez que vi “El planeta de los simios: ®Evolución” lloré prácticamente toda la película. Su protagonista, César (Andy Serkis), caló hondo en mi corazón. ¡Y era lógico! ya que este personaje es lo más: combina ternura, inteligencia, coraje, liderazgo y sabiduría. ¡Gran mezcla!
Obviamente, sufrí hasta el infinito con su conmovedora historia. De ser el inteligente y regalón chimpancé criado como humano por Will (quien lo salvó de la funesta suerte que correrían los simios de prueba tras la muerte de su madre) pasó a sufrir crueles torturas y humillaciones al ser encargada su custodia (ya en la juventud) a un centro de experimentación con primates.Todo, como reprimenda social por auxiliar a su abuelo humano de la golpiza que le propinaba un vecino (como haría cualquier persona). Poco y nada pudo hacer su "padre" para ayudarlo, aunque por intentos no se quedó.
El duro proceso que vivió César para adaptarse a su nueva situación (ser tratado como animal teniendo inteligencia humana heredada de su progenitora, quien fue sometida a pruebas para aumentar sus capacidades) desgarró mi corazón. ¡Porque en sus años con los humanos, fue un verdadero niño! Tuvo el desarrollo normal de cualquier persona, con la diferencia de que era un chimpancé. La cinta lleva a una profunda reflexión sobre lo crueles que podemos ser como especie con aquellos que son diferentes. Lo bueno es que los padecimientos de César lo llevaron a formar su temple, organizar a los simios y conducirlos hacia la libertad. Esto, no sin antes insertarles el mismo tratamiento al cual había sido expuesta su madre, para así acrecentar su inteligencia.
En “El planeta de los simios: Confrontación”, lo vemos como un líder sabio y valiente, que tiene un lado bondadoso y dulce tanto con sus súbditos como con los humanos que se acercan hasta él para pedirle ayuda (están siendo devastados por un virus mortal). Construyó una sociedad armónica y avanzada, con un concepto de "familia" profundamente arraigado. Es un personaje ¡demasiado total! y aún en la adversidad, sabe cómo actuar, guiando a los suyos con rectitud. Valora la amistad y no olvida sus raíces. Pero aunque no busca la guerra, no podrá evitarla. ¡Y le hará frente!
Pese a que fui a la sala de cine con temor de llorar a mares nuevamente, sigo pensando que César es uno de los personajes más pro que he visto en la pantalla grande, y creo que continuaré amándolo la saga completa. Ganó un lugar en mi cinéfilo corazón y aguardaré ansiosamente una próxima entrega. ¡Salve César!
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