Si existe algo que me parece terrible, es utilizar nuestro Facebook como “el muro de los lamentos”. No son pocas las personas que acostumbran llevar una triste y lastimera bitácora de sus desgracias amorosas y laborales, las cuales quedan en este registro “para la posteridad”. Pido disculpas anticipadas si alguna de ustedes incurre en esta nada glamorosa práctica, pero sinceramente ¡es un poquito patético!
¿A qué se debe ese afán de construir en las redes sociales una imagen tan pobre y distorsionada de una misma? Exponemos nuestra intimidad para que cualquier intruso la encuentre, desde la mina que nos stalkea al pololo, hasta la mamá, un prospecto amoroso o incluso ¡el jefe! ¿Cuál es la idea? ¿Recibir apapachos masivos de alguno de nuestros 200 contactos, de los cuales con suerte a 10 consideramos amigos? ¿No será mejor juntarse con alguno de esos camaradas reales a compartir un café - o un trago - y desahogarse así, en persona?
Me da un poco de rabia ese afán por el autoboicot que algunas poseen, regocijándose en brindar una imagen de “víctimas”. Mujeres indefensas y debiluchas ante las adversidades del destino. (Súper atractivo, ¿verdad?) ¿Por qué confundir a Facebook con nuestro diario de vida, publicando desde las idas y vueltas con la pareja hasta si hubo o no sesión on fire anoche? ¡A quién cresta le importa eso!
Yo lo veo como un deseo no reconocido de formar parte de una “pseudo farándula” al interior del grupo cercano, una soledad de ribetes patológicos o bien, la falta de verdaderas “orejas” amigas que apañen ante los pesares. Por favor, chicas, leánse. Mediten lo que escriben. Que Facebook les pregunte con insistencia “¿Qué están pensando?” no significa que de veras le interese. Salgan un poco del computador y céntrense en el mundo real. ¡O compren un diario de vida, que es más piola! Conozco gente que hasta los problemas familiares - y de pareja - los trata antes con su “muro” que con los involucrados. ¡Too much!
Niñas, háganse un favor a ustedes mismas: promuevan su imagen ante el mundo como las triunfadoras que aspiran ser y dejen las “miserias” (que todas tenemos) para aquellos que verdaderamente las aprecien y les ayuden. ¿O acaso pondrían en su foto de perfil una imagen de su cuerpo al desnudo? Pues llorar en una plataforma tan fría como Facebook es equivalente a eso ¡y aún peor! Porque lo que están exponiendo es el alma, lo más íntimo y sagrado que una tiene. Todo, sin considerar cuántas personas que nos leen podrían utilizar dicha información y no precisamente para hacernos favores.
¡Despierten de esta horrible práctica y cuídense, chicas! Así no tendrán que lamentar que la bitácora de sus idas y vueltas con el novio o la inconsistencia de su currículum vitae quede sometida al escarnio público. Cosa nada bella, ¿no les parece?
Imagen CC boltron-