A veces viene a mi mente cuando era una chiquita, o sea ¡un rulo con patas! (mi cabello es rizado y frondoso). ¡Ni se imaginan cómo me entretenía con los chicos de mi cuadra y nuestras dinámicas!. Tenía una amiga, la Cathy, con la cual me divertía mucho.
¡Cómo olvidar esas hermosas Barbies!, podíamos pasar una tarde entera cambiándoles ropa, peinándolas (que no se diga que aún peino la muñeca) y casándolas mil veces con Ken. Además, nos colocábamos chalecos en la cabeza - que para nosotras eran ¡las mejores pelucas! - y nos poníamos a cantar con cualquier cosa que se pareciera a un micrófono. Éramos felices jugando.
También tengo en mi memoria esas idas a la plaza más cercana. Estaba llena de juegos que con sólo verlos ¡mis ojos brillaban!. El resbalín y la calesita - que giraba hasta dejarme loca la cabeza - eran mi mejor entretención. ¡Y el columpio!, pensaba que realmente tocaría el cielo y me daba cada vez mayor vuelo. No tenía miedo, quería llegar alto. Me pasaba mil películas en ese ir y venir ¡Volar y volar!
¿Alguna vez tuvieron un caballito balancín? Yo adoraba al mío: ¡era hermoso! Amarillo con ojos cafés. Podía recorrer enormes palacios en mi mente y andar sobre el mar. ¡Echaba a volar toda mi imaginación!.
También jugaba a la cuerda, saltábamos hasta cansarnos y era una fiesta de risas. ¡La escondida!, infaltable en el colegio con los compañeros. Era toda una aventura hallar un nuevo escondite y cuando lo hacías te sentías poderoso.
Las rondas del "Arroz con leche" o de "San Miguel", donde 'el que ser ríe se va al cuartel' y ¡la pinta!, donde me di muchos porrazos escapando de mis amigos, para luego levantarme, muerta de risa.
¡Como olvidar esos tiempos! Tengo hermosos recuerdos de la época de niñez y los juegos. ¡Qué manera de disfrutar todo eso!
Y ustedes amigas ¿qué nos cuentan de su infancia?
Imagen CC Mulsanne