Con el pasar del tiempo dejamos de recordar las cosas malas de nuestras relaciones y comenzamos a rescatar los buenos momentos, las risas, aventuras y cómo crecimos junto a esa persona. Aunque es la forma más sana de superar una ruptura, creo que caemos en la frase “todo tiempo pasado fue mejor”.
Quizás mi experiencia pueda reflejar lo que sentimos muchas de nosotras al momento de construir una nueva relación. Luego de un pololeo de casi cinco años, en el cual maduré y superé muchas etapas al lado de mi ex, me fue muy difícil no pensar en lo que esa historia me entregó a diario. Y cuando me defraudaba de alguien siempre pensaba “él no hubiese hecho eso”, “él me quería más” u otras tonteras del momento. A veces comparo cómo reaccionaría él y mi actual pareja ante ciertas situaciones.
Con el tiempo me he dado cuenta de que al final idealizamos lo que fue y no pudo ser; creemos haber estado más cómodas en el pasado y que el presente podría ser mucho más sencillo si ese ex aún estuviese presente, pero es un error.
Y para no caer en ese desliz, primero tenemos que recordar que éramos más chicas, queríamos otras cosas y quizás buscábamos diferentes afectos. Y, por sobre todo, que por algo terminamos con esa persona. En vez de recordar a nuestras parejas anteriores, debemos esforzarnos en superar esos obstáculos que te hacen recordarlos.
Y tú, ¿viviste una situación similar? Cuéntanos tu experiencia.
Imagen CC Ellen Munro