Hay muchos personajes desagradables que puedes encontrar en tu rutina, pero sin duda los que peor recuerdo te dejan son los jotes. No falta, por ejemplo, el “jote senior” que quiere probar su "vigencia" con galanteos y coquetería, sin darse cuenta de que se da cabezazos contra una muralla en forma despiadada.
Tan triste como este señor ya entrado en años, es el jote “junior” versión reloaded. Ese que tiene una edad similar a la tuya, pero no se da cuenta de que, sencillamente “no pasa nada”. Este mismo personaje pone cara de cordero degollado cada vez que te lo cruzas en el camino, además de echar mano a cuanto cliché cinematográfico exista (parece que hubiera memorizado Wikiquote, el muy condenado). Lo peor es que por más claras que sean las señales que envías para indicarle que no te interesa - e incluso si se lo dices abiertamente - , no se da por aludido, confiado de sus imaginarios encantos. Cree que te puede ganar por cansancio, ¡pff!.
Y si pasan varios años desde que “al fin pareció haber entendido”, luego de dejarte saturada a más no poder, se aparece “como que no quiere la cosa” en alguna de tus redes sociales (léase Facebook, Twitter o Linkedin). De sólo recordar su insistencia algo patética, te vienen crisis paranoicas, se te revuelve el estómago y terminas por bloquearlo (y con ganas de - además - dar cuenta a la policía).
Porque a todas nos halaga ser atractivas para alguien, pero siempre y cuando este personaje actúe con cierta dignidad y se dé cuenta de que: 1. Estás en otra y 2. Hasta Mr. Bean te parece más sexy. Si no se da por aludido, puaj. Simplemente, te copa. Lejos de conmoverte, termina por hartarte.
Y tú, ¿te has topado con alguno de estos especímenes?
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