Las mujeres hacemos de todo para sentirnos más bellas, seguras, atractivas y radiantes. No descansamos hasta encontrar la fórmula perfecta para conseguirlo y constantemente probamos nuevas alternativas para saber cuál de todas nos brinda los mejores resultados. Entre las opciones más recurridas están las famosas dietas, los ejercicios físicos, los deportes, tratamientos y cirugías, pero muchas féminas han descubierto lo increíble que es bailar.Sí, porque perder unos kilitos bailando trae una serie de beneficios a nuestra masa muscular, huesos, flexibilidad, salud física y emocional.
La danza del vientre, una de las disciplinas de baile más antiguas. Proveniente del Norte de África y del Medio Oriente, genera un gran interés en mujeres que desean potenciar su sensualidad, autoestima y aspecto físico. Desde que la practico me despojé de los prejuicios, los miedos, el pudor y las dudas que me generaban ciertas burlas.
La instructora y directora de la academia Ilusión Árabe, Gissel Fuentes, lleva seis años realizando clases de danza árabe y ha sido testigo de los cambios en sus alumnas, haciendo hincapié en que “disminuyen su peso y grasa corporal, debido al trabajo aeróbico que realizan”.
“Lo más significativo son las habilidades psicomotoras, la resistencia cardiaca, memoria coreográfica, disminución de ansiedad y mejor postura” agrega la instructora.
La autoestima es otro tema de relevancia para las mujeres: cada pensamiento y percepción que tenemos acerca de nosotras mismas tendrá una consecuencia en cómo vamos a actuar y en cómo nos desenvolveremos con nuestro entorno. Sin embargo, si te sientes interesada en practicar esta danza, podrás trabajar con mayor seguridad tu propia confianza.
La directora de Ilusión Árabe se ha encontrado con mujeres que son madres, estudiantes, trabajadoras o dueñas de casa y que hacen una pausa en sus rutinas para practicar esta danza, porque sienten una necesidad de aprecio. A eso le añade lo que viene después: el quererse tal cual son y la aceptación de ellas mismas, la cual “no es fácil”, sobre todo si no se cuenta con los atributos físicos deseados.
Gissel invita a las mujeres a que se atrevan a probar esta disciplina artística sin pretextos y excusas: “He visto que algunas ni siquiera lo intentan porque aseguran que son tiesas o gordas”. A cambio de ese pensamiento, ella prefiere desarrollar nuevas motivaciones y gratificaciones por medio de la danza árabe. Por ejemplo, que sus alumnas adquieran nuevas capacidades, se atrevan a bailar como solistas en un show, pertenezcan al ballet, mejoren sus movimientos, aprendan del baile, sus ritmos y percusión.
Y tú, ¿te animas a mover el vientre como nunca?
Imagen CC J.Victor