¿Quién dijo que vivir en pareja es algo fácil? Las cuentas, el orden y la crianza que recibió cada cual a veces pueden jugar en contra del funcionamiento de una relación.
Aunque suene duro "el amor no lo es todo". La convivencia también es importante. Por ejemplo, cuando uno quiere salir y pasar un momento en pareja, el otro está casi "desesperado" por ordenar, para así el fin de semana no tener que ocuparse de eso.
Casi siempre es la mujer la maniática del orden, pero no por eso somos inmunes a sufrir de lo "aburrido que puede ser nuestro pololo". ¡Y ojo! No se trata de un problema fácil, porque esta situación podría terminar sepultando tu relación.
Cuando al fin llegan los días de descanso, es rico salir a almorzar fuera o - si el presupuesto no lo permite - , al menos cocinar algo distinto en casa y salir a caminar por el parque.
Pero al proponer esto, al menos yo me encontraba una muralla: "¿Cómo vamos a salir, si el departamento es un asco?". Ahí todos mis planes se iban abajo y con ellos, mi ánimo e incluso bienestar.
Busqué varios caminos para solucionar este drama. El primero: hacerle caso, ordenar y no salir; el segundo, discutir y terminar tan enojados, que ni ánimo para limpiar quede y el último - el mejor, según mi experiencia - es pedirle una conversación e intentar distribuir los tiempos.
A mí, esto fue lo que me funcionó. Gracias a la buena voluntad de ambos pudimos resolver nuestros desacuerdos, los que de a poco nos destruían como pareja. Ahora, los sábados son para salir a recrearnos, comer algo rico y tomarnos un trago, mientras que los domingos, nos levantamos tarde, cocinamos en casa y dejamos todo listo para la próxima semana.
Mientras haya voluntad, las diferencias se pueden solucionar.
¡Cuéntanos tu experiencia!
Imagen CC Eleazar