Me encanta septiembre, lleno de flores y con las hojas de los árboles recién brotando (pese a las alergias que éstas nos producen). Pero sin duda lo que más me agrada es ver cómo cientos de banderas tricolores decoran los edificios; sentir que el exquisito aroma a empanadas y asados se toma las ciudades y apreciar los volantines que alegran el cielo. ¡Son las Fiestas Patrias!
Aún cuando el mes parece propicio para estas celebraciones, si de estricto apego a la historia se trata no tendría que ser así: estaríamos bailando cueca, comiendo empanadas y elevando volantines en el caluroso mes de ¡febrero! ¿Qué tal? Sí, porque en el común y ordinario día 12 de aquel mes (para mí más especial, pues celebro mi santo) se cumple realmente un año más de la firma de nuestra independencia. Y ¡ojo!, que tampoco han pasado 200 años desde aquel suceso: el verdadero bicentenario será el 2018.
Entonces, ¿qué celebramos en un día como hoy? Pues la conformación de la Primera Junta Nacional de Gobierno, agrupación de tendencia realista que nació con el objeto de administrar la Capitanía General de Chile tras la captura del Rey Fernando VII de España, a manos de Napoleón Bonaparte. La idea era defender a la Corona Española en nuestro territorio, hasta el reestablecimiento del mandato del Monarca. Pese a que las intenciones de esta institución estaban lejos de lograr la Independencia chilena, al ser el primer régimen autónomo se considera el paso inicial hacia la consecución de ésta. He ahí la causa de los festejos.
A modo de curiosidad, les comento que el 12 de febrero tiende a ser una fecha grandiosa en la historia patria, ya que aquel día no sólo conmemoramos la anhelada Independencia, sino también la fundación de nuestro querido (y a veces odiado) Santiago. Aunque parezca una tremenda injusticia histórica, aquel día pasa sin pena ni gloria en la rutina chilena, aunque mis tocayas y yo ¡sí que celebramos por nuestro onomástico! Después de todo, convengamos en que sería algo fome tener los festejos patrios (feriados incluidos) ¡en pleno verano!
Y a ustedes, ¿les gusta un septiembre bien chileno o preferirían apegarse a nuestra historia?
Imagen CC Ejército de Chile