Llegó la primavera y con ella, el amor y las alergias. Pero no estamos aquí para hablar de los estornudos y la congestión, sino de lo maravilloso que es enamorarse y las locuras que uno llega a hacer por amor. Hay quienes las odian y creen que son lo peor a la hora de mostrar afecto, pero otros las sueñan y buscan a alguien que se las cumplan.
Es medianoche y mi pololo parte a su hogar. Mañana tiene una odiosa reunión en el trabajo alrededor de las 8 A.M. Algo sucede. Mi mamá me despierta a las 7 de la mañana y me dice: Paulo estuvo aquí. Me asomo dormitando a mi ventana y me encuentro con una sorpresa digna de Hollywood: una leyenda en la calle, escrita con tiza, justo afuera de mi ventana con mensajes tiernos y un “feliz cumple mes”.
Los vecinos caminaban por encima asombrados. Es que el tamaño era llamativo y los mensajes sólo tenían una destinataria: yo. Había venido a escribir a las 5 de la mañana y en absoluto silencio, para no ser descubierto, justo antes de irse a su reunión. Si eso no es amor, no sé qué lo es.
Así suma y sigue la larga lista de sorpresas de mi aventurado pololo: arreglos florales a mi casa, mensajes en mis llaves, pétalos de rosa en la cama, cena romántica a la luz de las velas, idas sorpresas a buscarme a la Universidad, entre otras. Tengo una suerte tremenda y mi novio es un sol ¿Quién iba a pensar que a los 6 meses todo sería digno de una película de Disney?
Yo adoro las sorpresas, aunque me digan mamona. Creo que toda forma es válida a la hora de mostrar cariño por esa persona especial. Soy detallista y me encanta alegrar el día con un inesperado mensaje. Mi pololo entendió a la perfección mi romanticismo y no dudó en malcriarme hasta casi reventarme de amor.
Hay que dejar de lado esa vergüenza injustificada. La vida nos tiene preparada más de una sorpresa y los hombres que son capaces de entregar amor de esta manera, no son muy comunes. Es volver a ser adolescente, difuminar los límites y formalidades y alucinar con este tipo de detalles. No tiene nada de malo. Si él quiere que todo el mundo sepa que te ama, no es con mala intención o para avergonzarte: es amor.
Y a ti, ¿te gustan las sorpresas o te avergüenzan? Imagen CC chiarashine