Estando en los veintitantos de mi vida, mirando para atrás y pensando en el futuro, creo firmemente que la experiencia es lo que nos brinda atractivo. Jamás consideraría mis años como algo negativo; al contrario, estos mismos son los que me han hecho la persona que soy, consciente de las cosas que importan. Alguien que no tiene miedo de decir lo que siente, que da gracias por lo que tiene y vive de la mejor forma que puede.
Por eso y por lo que viene, te dejo una lista de 11 cosas que con el tiempo te harán darte cuenta cómo y por qué te estás haciendo mayor.
1. Piensas más las cosas: no necesariamente tiene que ver con que te estés enrollando; se trata de tu capacidad para analizar y encontrar un significado más profundo a tus relaciones, ya sea con cercanos o extraños. Con los años se aprende (a veces a porrazos) que no todos los que pensamos “son de verdad”. Cuando creces puedes comenzar a detectarlo.
2. No te da miedo la soledad: en cambio, la aprovechas, utilizándola para reflexionar y estar tranquila. Cuando aprendes que no dependes del resto para disfrutar significa que maduraste. Ser introspectivo no tiene nada de malo; si quieres comprender más elevadamente tus pensamientos ¡bien por ti!
3.Tu entorno siempre consideró que tienes una madurez más elevada de lo normal: no siempre (porque me encantaba divertirme cuando llegaba del colegio), pero de niña prefería estar con los amigos de mi hermano antes que salir a jugar. Pensaba que sus charlas eran más divertidas que las que sostenía con mis pares del condominio. Lo mismo me paso de grande, cuando prefería leer un libro o conversar con alguien mayor.
4. Aprendiste a disfrutar las cosas sencillas: si bien ésta es una actitud y postura que puedes adoptar en cualquier momento de la vida, es cuando te haces “mayor” psicológicamente que disfrutas más de juntarte a tomar desayuno con alguien o tirarte en el pasto para mirar cómo caen las hojas de los árboles. Naturaleza y sensibilidad son tus conceptos favoritos.
5.Tu filosofía tiene escalas que a veces te cuesta compatibilizar con personas superficiales: no está mal tender a fantasear un rato con lo insípido, pero prefieres acercarte a aquellos con los que puedes hablar de cosas más profundas. Ya no te basta lo básico; cuando “creces”, esperas y buscas algo más de lo que ya viviste.
6.Te centras en la auto-realización y gozas de la libre expresión: a mi parecer, esto es lo más importante en la etapa del crecimiento mental y vivencial.
7.Te conectas con el presente: me encanta estar alerta de lo que pasa a mí alrededor; es mi manera de auto-brindarme conocimiento.
8.Sentirse diferente a los demás no está mal: incluso teniendo varios amigos o personas cercanas con quienes haya conexiones muy potentes, tienes conciencia de que tu forma de ser es perfecta para quien eres. No tratas de imitar al resto, por muy atractivo que te parezca.
9. ¿Te ha pasado que atraes a ciertas personas a una conversación? ¡Me encanta! A veces hay quienes que se sorprenden porque en poco rato, he obtenido mucho de quienes se consideran introvertidos.
10. Expandiste tu mente: entiendes que existe un enfoque convencional de la vida y otro que no lo es. No lo ves como un problema, sino como algo diferente. Adoro toparme con gente que es capaz de escuchar la opinión del otro con respeto.
11. La empatía y la capacidad de disculpar a alguien ya son parte de tu carácter. Sueles ser buena compañía en momentos “complicados”.
Si hacerse vieja es adquirir más anécdotas, memorar momentos y aprender a "leer" mejor a la gente, entonces ¡quiero ser una anciana!
Tú, ¿qué opinas?
Imagen CC Mariaflorine