Todos los días lo mismo: levantarte y ver qué ropa te queda bien, con cual no te ves "gorda". Luego, llegar al trabajo y darte cuenta de que "todas" están a dieta, incluso las flacuchentas. Toman té verde, mate e infusiones diversas; hablan de los masajes, comer lechugas y el gimnasio.
¿Es posible que éste sea un tema tan importante para nosotras?
Lamentablemente, la sociedad más que condenarnos por no comer sano, lo hace por no tener una imagen acorde a los cánones de belleza establecidos. Todo eso nos lleva a una espiral en que las palabras más usadas son: sucralosa, sal sin sodio, infusiones, pan pita, agua, kilos y dieta.
El tema del peso está presente en todas las actividades cotidianas. En el negocio de la esquina, por ejemplo, cuando compramos una gaseosa pidiendo que sea "light".
Lo más irónico y contradictorio es que a pesar de estar full dieta te tratan de "gordita pa' arriba, gordita pa' abajo" y el fin de semana subes "el kilo" que a base de yogurt y lechugas lograste bajar con tanto esfuerzo.
Por otro lado, ¡qué bueno es tratar de llevar una vida sana!, pero ¿cuál es el límite? Pues bien, cuando la empiezas a pasar mal, con hambre o porque te cuesta caminar al sentirte pesada (todos los extremos son malos).
Es un círculo vicioso en el que ¡todas! estamos inmersas. ¿O no?
Imagen CC ervega