Colocarse en el lugar del otro. Pero, ¡qué difícil y gran tarea es!. ¿No creen?
Es demasiado fácil que alguien te cuente una situación grave, dolorosa por la cual ha pasado y decirle "¡paciencia, estarás bien, saldrás de esto, ánimo!", pero esas palabras a veces no sirven mucho, ya que por más que queramos a la persona que está sufriendo, es imposible saber exactamente por lo que pasa. Y más complejo aún, ¡sentir! lo que le sucede. Para eso, tendríamos que hacer un "intercambio de corazones". Ahí recién yo creo que podríamos lograr comprender al cien por ciento la historia, el sufrimiento, alegrías, decepciones, trancas, sueños; ¡en fin!, todo lo que ha pasado. Y, como dicen siempre, ¡colocarnos en sus zapatos!
Es muy doloroso cuando tenemos amigos, familiares cercanos o ¡hasta una pareja! y no puede comprender lo que nos ocurre. También es complejo tratar de transmitir a los demás cómo nos sentimos, ya que siempre pensarán de otra forma o esperarán que salgamos adelante como ellos, pero es casi imposible. Todos tenemos historias y realidades totalmente diferentes.
Lo más fácil en estos casos es que los demás te juzguen todo el rato, hablen mal de ti, sean hirientes y no comprendan por qué no sales del hoyo. A veces tratan de levantarte, otras les importa un pepino lo que te pase, pero llega un momento en que se aburren tanto que no hayan cosa mejor que dejarte a tu suerte. Y eso ¿por qué? Por la ¡gran falta de empatía! que tienen algunos con los demás, tanta que jamás los entenderán. Y claro, en algunos casos es súper comprensible, como en el de las personas sumamente frías, onda témpanos de hielo. Pero están los casos de quienes pensabas tenían un buen corazón y razonaban un poco más frente a situaciones complejas.
Por eso, amigas, les recomiendo de verdad que cuando alguno de sus conocidos, familiares, parejas o amigos esté pasando por alguna experiencia un tanto delicada, sepan comprenderlo y brindarle su apoyo, sin criticarlo ni ser hirientes. No porque nosotras seamos de tal manera y nos hayamos criado de forma distinta, tenemos que esperar que los demás actúen igual y molestarnos por eso, ya que primero debemos conocer bien que hay detrás de su sufrimiento, sus historias y todo lo que los rodea.
Aunque a veces nos superen los problemas de los demás o nos agotemos de escucharlos, analicemos en profundidad lo que les pasa, ya que en todo vínculo la comprensión es fundamental. Pero ¡ojo!, que desde el otro lado tampoco hay que abusar. Pensemos en que quienes nos rodean no siempre poseen las herramientas para ayudarnos. Si nos está costando mucho salir adelante, no podemos pretender arrastrar a nuestros cercanos hacia el abismo y convertirnos en "vampiros emocionales". Reconocer cuándo es momento de recurrir a un especialista, también es parte de ser empáticas. Es una palabra que debe darse en la relación de manera bilateral.
¿Ustedes qué opinan?
Imagen CC photographer padawan *(xava du)