Muchas hemos sido afectadas alguna vez por una crisis de pánico, especialmente en circunstancias desgarradoras como la enfermedad de un ser querido, el quiebre de una relación o tensionantes, como la reciente ocurrencia de un terremoto o desastre. Este trastorno de ansiedad es una manifestación de ésto, ya que se desencadena ante situaciones de alto estrés o sin razones aparentes, pero siempre llega de manera brusca y nos toman desprevenidas.
Muchas veces he sentido angustia, incluso naúseas, mareos y llegue a pensar podía tratarse de crisis de pánico, pero salí de varias dudas conversando con Catalina Ortega, psicóloga de la Universidad Católica, quién me respondió algunas preguntas respecto al tema:
1.- ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de las crisis de pánico?
"Las crisis de pánico tienen diversos síntomas, que pueden venir solos o mezclarse, pero entre los más frecuentes están los siguientes: incremento en la sudoración, dificultad para respirar normalmente, dolor en la zona torácica. También náuseas, vómitos, mareos y una sensación agobiante de incertidumbre, riesgo inminente y sensación de que corres peligro de morir. Es un temor extremo que puede paralizarte y, en muchas ocasiones, muy dificil de controlar".
2.- ¿Qué recomiendas ante la aparición de alguno(s) de estos síntomas?
"Lo recomendable es que si sientes uno, dos o más de estos síntomas, acudas al médico para descartar cualquier tipo de enfermedad que pueda manifestarse en forma similar, y cuentes con el diagnóstico claro de un profesional".
3.- ¿Hay algunos factores que incrementan la posibilidad de padecer ataque de pánico?
R: "Sí, hay algunas situaciones que incrementan las posibilidades de padecerlos. Entre ellas está el estilo de vida que llevamos o consumo exagerado de drogas y alcohol".
4.- ¿Podrías entregarnos algunos consejos, tanto para quienes los padecen, como para su círculo cercano?
R: "Una vez que eres diagnósticado con crisis de pánico, lo ideal es que llegues a controlarlas por tí misma, aunque eso signifique un esfuerzo enorme. Hay que recordar que si bien los fármacos ayudan, no podrás estar bajo sus efectos en forma permanente.
El apoyo del círculo cercano es muy importante, ya que es común aferrarse a ellos ante el miedo de que las crisis puedan volver. Por esta razón, mantén informada a alguna de las personas más próximas a tí (al colega que se sienta más cerca o compañero de curso) de esta situación, para que puedan adoptar una postura de contención y no empeorar las cosas, preguntando - por ejemplo - qué es lo que te ocurre, ya que eso sólo incrementará la desesperación.
No dejar de realizar las rutinas diarias, sino que tomar las precauciones que sean posibles y no evitar lugares o abandonar actividades que asocias a las crisis.
Por último, siempre es recomendable dejar cualquier cosa que estés haciendo y respirar; inspirar y botar lentamente. Sentarse, ojalá, lo más próximo al suelo, para sentirse más segura".
Imagen CC [Tess Mayer]