Atrás- o al menos eso sueño- quedó la imagen de la mujer que esperaba al marido con el almuerzo servido y el aseo hecho. La mujer de hoy en día, trabaja y llega tanto o más cansada que el esposo al hogar. La nueva tendencia es que se dividen las labores del hogar y las parejas se complementan.
No tengo nada en contra de quienes quieran servir a sus maridos, ya sea por regaloneo o costumbre familiar, pero quiero hacer énfasis en que hay otras opciones. Me carga cuando nos mandan a servir los platos, levantar la mesa, cocinar o lavar la loza en fiestas familiares por el sólo hecho de pertenecer al género femenino. Una puede hacerlo voluntariamente, pero me produce desagrado cuando se vuelve un docma de la sociedad.
Yo me crié en un ambiente totalmente distinto. Las labores de hogar se dividían, y tanto mi mamá como mi papá cocinaban y hacían aseo. No tiene nada de malo ni tampoco quita virilidad. Es cierto que durante las festividades, las familias conservadoras se dividen en dos grupos: las mujeres en la cocina y los hombres en el living (me tocó vivirlo en la casa de mi ex).Siempre lo odié. Era de las que transgredía las reglas y me sentaba al lado de mi antigua pareja, para unirme a las conversaciones. Yo también puedo hablar de fútbol y no ser "marimacha".
El machismo mata y de eso no me cabe duda. Hace lo suyo con los femicidios, al encontrarnos con hombres en extremo posesivos. Sin embargo, también acaba con relaciones. Si falta algo en la mesa al momento de comer, puede pararse cualquiera de los dos a buscarlo. No necesariamente es responsabilidad nuestra. Lo mismo con los niños y la crianza del bebé, con excepción de la lactancia.
En definitiva, podemos repartirnos las tareas y evitar el estrés. Es un círculo vicioso: si una tiene mucha carga, respira negativismo y lo esparce a sus cercanos. Una pareja amiga, que entienda que ambos pueden estar igual de cansados, es fundamental para vivir en armonía.
Algunas afirman que si no hacen las labores ellas, los demás las hacen mal, pero ¡ojo! Hay que dejar que a partir del ensayo y error, se repartan las responsabilidades. ¡Anímate a delegar, con tal de cuidar tu salud mental, y luchemos contra el pensamiento retrógrado!
A mí me carga el machismo, ¿y a ti? Imagen CC Paco CT