A veces nos dicen que parecemos unas brujillas (pero de las buenas, claro, jaja) ¡y es cierto!. Sobre todo por nuestro sexto sentido y - como a varias les debe pasar -, al tomar una escoba en la noche.
Al menos a mí me pasa: no hay caso que logre hacer aseo de día, tiene que ser cuando ya desaparece el sol. Es casi como tener complejo de vampiro, pero además de creer que tengo una capa negra gigante y colmillos afilados, pienso que ¡hasta puedo volar en una escoba!, jaja.
Sólo coloco mis temas favoritos - a todo volumen, por cierto; a lo cual mis pobres vecinos están acostumbrados - y me pongo a limpiar todo lo que pueda. Sé que es medio loco, pero lo encuentro súper entretenido, ya que creo que a quienes somos "pájaros nocturnos" se nos hace mucho más fácil. De hecho, ¡hasta nos concentramos mejor en lo que debemos hacer!.
Y ¿por qué no cantar con la escoba, pensando que estamos en un escenario y somos unas verdaderas estrellas del rock? ¡Ultra genial!, ¿no lo creen? Sí, sé que es un poco 'rallar la papa', pero deben haber varias con la misma idea.
En el día es fome, porque hace calor y además, es mejor hacer otras: trabajar, leer, escribir, salir con los amigos, etc. Pero de noche es otra cosa y en luna llena (cuando tienes una energía distinta), quizás ¡hasta podrías transformarte!, ser como el demonio de tasmania y dejar con un solo torbellino toda tu casa impeque.
A veces me pasa que juego con la imaginación al hacer aseo y ordenar una y mil cosas. Viajo con mi querida amiga escoba a distintos lugares, creando una historia en cada espacio que voy limpiando ¿De locos, no?
Y alguna de ustedes, ¿comparte mi locura especial?
Imagen CC rofi