"¿Y los niños? ¿Cuándo?", te lo preguntaron a los 25, a los 30 o 35. Sola o en pareja. Llegas a un nuevo trabajo y lo primero que te preguntan es si tienes hijos (no me refiero a la intención de los empleadores tras esta pregunta, pero ahí está).
Hay mujeres que quizás ya tienen superada esta etapa de que no quisieron y no fueron madres. Porque simplemente no ocurrió; quizás le dieron prioridad a los estudios, al trabajo, no llegó el hombre con el cual quisieran tener familia o no pudieron, así de duro y difícil. En la actualidad, si me preguntan, digo: "no puedo", sin saber si en realidad así es. Lo único que sé es que dejas de dar explicaciones a quienes no corresponde.
Cuando explicaba mis reales motivos, escuchaba comentarios como: "un hijo te completa", "te haces más mujer", "tienes a alguien por quien luchar", "le da sentido a tu vida", "te llenas de amor", comentarios casi mutilantes en una sociedad condenatoria, que cree que si no fuiste madre pierdes valor. Por lo mismo, te presumen incapaz para ciertos compromisos o responsabilidades.
Que dañino puede ser detenerse a reflexionar sólo en alguno de los comentarios anteriores. Es decir, si no tuve hijos ¿soy menos mujer?, ¿soy un ser incompleto? o ¿me falta amor?.
Hoy siento que quizás ya no es bueno tenerlos, simplemente porque no seré lo suficientemente capaz de criarlos. Una vez un profesor de economía mencionó que criar a un hijo durante 25 años, (que es cuando terminan sus estudios) implica un gasto equivalente a comprar una casa. Y esto es considerando que sea un hijo sano, porque si nace enfermo, se complican las cosas.
No niego que me parece muy potente el hecho de tener una vida gestándose en el vientre, pero eso es sólo el comienzo del largo camino de ser madre. Porque sin duda traer una vida al mundo debe ser con la intención de darle lo mejor, de acompañarlo y entregarle las herramientas suficientes para que sea una persona que aporte a la sociedad, desenvolviéndose seguro, pleno y feliz.
Las personas pueden ser muy crueles en cuanto a las mujeres que deciden (o no pueden) procrear. Las llenan de cuestionamientos, sin conocer su vida íntima, sus historias, sus temores y decepciones.
Me encantaría pedir a aquellas personas que pecan de intrusas, que dejen de preguntar y cuestionar tanto.
Por el motivo que sea, se toma la decisión de "no ser madres". ¿Y qué?, es un tema que merece respeto. No habla en ningún sentido de una mujer cobarde, sino de generosidad absoluta y también de un acto de amor. Un niño merece venir al mundo en condiciones óptimas, sin carencias afectivas o materiales. Por eso, son admirables aquellas mujeres que dieron un paso al costado y cada día se "bancan" los prejuicios de la sociedad.
Imagen CC kdperico