¿Cuántas personas creerán que a los 21 años tienes la necesidad de estar en pareja? Quizás se quedaron en el pasado pensando que a esta edad ya debían estar casadas, con uno o dos hijos. ¿Será eso o que me ven cara de desesperación por estar con alguien?.
Me he pasado gran parte de mi vida escuchando a familiares preguntarme por el pololo: "-¿Y el pololo cuando?-". No sé qué cara pondré, pero esa pregunta es típica en el almuerzo familiar. ¡Hasta recibo amenazas del futuro pololo! Cito a mi abuela "- si un hombre te viera dándole besos a los perros no querría pololear contigo-". Lo siento, abuela, pero quiero más a mis perros y mi independencia que un pololo.
La situación se repite con mis amigas y su - "¿Cuándo te vas a poner a pololear?"-. Perdón, pero ¿por qué ustedes lo hacen yo también tengo que hacerlo? No, gracias. No quiero, no tengo ganas, ni me interesa. No soy amargada, pero tengo claro qué cosas deseo y puedo hacer con mi vida, una de esas es estar soltera.
Puedo entregar amor de diferentes formas: a mis mascotas, a mis amigos, a mi familia, pero hoy no quiero entregárselo a una pareja. No es el momento, es mi opción y es mi etapa de la vida.
Tengo 21 años, vivo el día a día y si bien he pololeado, estoy disfrutando mi libertad. ¿Acaso el pololo es sinónimo de felicidad? No. Estoy bien conmigo misma, eso es lo más importante. Así que ¡dejen de preguntarme por el pololo! Porque ahora no lo tengo. ¡Mejor pregunten por mí!, cuando llegue hablaremos todo el rato de él.
Imagen CC [marcosdemadariaga]