por Jo
Por alguna extraña razón, cuando estás en la universidad (aunque tengas un solo ramo en todo el semestre) ¡jamás! tendrás tiempo suficiente... ¿Por qué?
Bueno, muy simple: primero, porque todos los docentes creen que su ramo es el único en la malla curricular, por lo que dan miles de trabajos y textos para leer o, simplemente, dan 2 ó 3 trabajos nivel tesis, donde "el 6 es para el profe y el 7 es para Dios".
Segundo, porque aunque tuviésemos que leer un texto de 2 páginas... ¡son tan fomes! y usualmente, redactados de modo tal que parecen jeroglíficos - en el mejor de los casos, castellano antiguo - así es que por más tiempo que nos den, nunca los empezamos.
Tercero, porque siempre surge algo más interesante y entretenido que ponerse a estudiar o hacer trabajos. Como por ejemplo, estar escribiendo en un blog sobre los universitarios y el tiempo.
Cuarto, porque entre todos los trabajos que haces, las reuniones familiares, las juntas con amigos y la pega, el poco tiempo que queda, generalmente sólo tiene un destino: dormir.
Quinto y último: porque por todo lo dicho anteriormente, terminamos dejando los trabajos para unos días antes de la entrega y luego nos conectamos en modo zombie por una semana para cumplir con los quehaceres dentro de los plazos.
Sin embargo, el tiempo de los universitarios también está lleno de aventuras, desafíos e incluso impresionantes cambios de look. Porque cuando las horas se aprietan, peinarse no es tan importante: siempre puedes echarle la culpa al viento que entraba por la ventana de la micro. Para las ojeras, bueno, hay dos opciones: base de maquillaje o unos buenos lentes de sol. El tiempo es oro, por lo que comer ya no es una necesidad básica, sino un ejercicio que realizas de manera rápida mientras lees, te vistes o vas camino al baño. En cuanto a la ropa, puedes usar la misma por una semana; de todos modos, tus compañeros están en tu mismo estado, así es que nadie lo notará. Y por último, las largas horas de insomnio y lectura encorvada, le darán una interesante curva a tu postura que, junto con la mirada perdida que intenta encontrar un espacio en la agenda para hacer ese trabajo olvidado, le otorgan a tu apariencia un aspecto muy similar a un muerto viviente...
Pero a pesar de todo, los universitarios somos resistentes y volvemos a la vida como el ave fénix... ¡¡una vez que termina la época de exámenes!!
Imagen CC UGL_UIUC
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