Cuando me vine a estudiar a Santiago con lo que más fantasee fue con la idea de poder decorar un departamento. Loco, pero cierto. Era lo máximo, el mayor signo de independencia, ahí sería una adulta de verdad. ¡Qué pagar cuentas o vivir sola!, escoger el mobiliario era el rito de transición. Lo que nunca te dicen es que a)cuentas con un presupuesto y b)si vives con alguien más, tienen que decidir entre los dos.
Con mi hermano vivimos juntos y durante este año hemos estado comprando muebles. Uno pensaría que no sería tan difícil ponernos de acuerdo: error, somos muy diferentes y eso significa que debemos llegar a consensos. Algo de adultos, supongo: él no puede decorar todo minimalista y yo no puedo hacer predominar los colores pasteles.
Hace un tiempo comenzamos a buscar un comedor y el tema es que ninguno nos gustaba. Nada funcionaba para los dos y llegamos a un punto en el cual dijimos "¡Filo! hagamos el comedor nosotros. Total, ¿qué tal difícil puede ser?" No es como que la gente estudie años para fabricar muebles ni nada (sarcasmo). Al final comenzamos a mirar maderas, procesos y todos esos programas del TVN de "Hágalo usted mismo". ¡Si igual se ve fácil cuando ellos lo hacen!.
Llegamos a el punto en que estábamos en la tienda para comprar las maderas, cuando mi hermano se hecho para atrás...Menos mal que alguien lo hizo y terminamos yendo a un local y comprando uno que vimos que a ambos nos gustó y estaba a un precio razonable. ¡Mejor dejar lo de los muebles a los profesionales y listo!.
Igual todo el proceso de ver, decidir que no nos gustaban y querer hacer uno nos tomó como tres meses. Harto para comprar, porque en el intertanto estábamos muy espartanos usando una mesa de camping.
Ahora estamos viendo libreros y tenemos diseñado uno que nos gusta, porque también "planeamos hacerlo nosotros". Me imagino que el próximo año llegaremos al punto en el que simplemente compraremos un mueble.
¿Y ustedes? ¿Encuentran complicado tener que comprar muebles con otra persona?
Imagen CC Reiner Kraft