El peso, para la mayoría de nosotras, suele ser tema. Queremos disfrutar de la vida y de esos momentos que no se repiten. El gran problema, es que parte de tener vida social es compartir un happy hour o salir a comer con tus amigas y tu cuerpo, lamentablemente, no da tregua ante las calorías de más.
Hay momentos que son peak en el tema de las subidas de peso, como las fiestas patrias, celebraciones de fin de año o las vacaciones. En estas fechas sí o sí ganamos unos cuantos kilitos pero, por un tema de orgullo, utilizamos una serie de técnicas para ocultarlo:
1. Aumentar los centímetros de los tacos: a las personas altas no se les nota tanto cuando suben de peso, en comparación a las más bajitas. Por tanto, a tacos más altos, más delgadas luciremos.
2. Blusas más anchas y largas: lo hacemos pasar como una tendencia y las compensamos con leggins. Así parecerá que estamos probando un nuevo look y no que estamos ocultando unos kilitos extra.
3. Una talla más de pantalón o modelos amplios: lamentablemente debemos ceder, en contra de nuestra voluntad, a comprar una talla más. Lo anterior, porque al usar una que ya no nos queda, dejaremos en evidencia nuestro “pequeño” secreto. Otra opción es el modelo hindú o bombachos, para no mostrar más de lo necesario.
El problema, es que ninguna de esas técnicas es infalible. Las personas sí o sí comienzan a mirarte de manera detallada, hasta el punto en que te sientes incómoda. Los más osados te lo dicen directamente “estás más gordita” o “subiste unos kilitos en tus vacaciones” y no hay nada más terrible que ser descubierta. Es como cuando te pillan haciendo trampa o copiando en una prueba.
Tratar de ocultar esta realidad es como meter la mugre debajo de la alfombra, pero con que nosotras estemos conscientes de la subida de peso, es más que suficiente. No queremos que, aparte de tener que asumir que estamos más llenitas, nos restrieguen en la cara ese hecho.
El escuchar de otras personas que engordaste no es agradable, aunque te lo diga tu mamá, tu pololo, tu mejor amiga o tus compañeros de pega. Cuando aseguramos que “no importa, si no me molesta que me lo digan”, no es totalmente cierto. Puede que no te dé rabia pero, de todos modos, algo se mueve dentro de nosotras al escuchar la palabra “gorda”.
Por eso, cuando veamos a alguno de nuestros conocidos más “entradito en carne” pensemos muy bien si es necesario decirle. Si queremos hacerlo, tratemos de de que sea con delicadeza ya que, en un futuro cercano, la situación podría ser inversa.
Y tú ¿qué técnica usas para ocultar los kilitos de más?
Imagen CC [mojzagrebinfo]