Era un día de semana X cuando un amigo me invitó a una presentación de su taller de “cuenta cuentos”. La invitación era para el viernes y lo encontré choro, diferente así es que decidí ir a mirar de qué se trataba la cosa, y a apoyar a mi amigo, claro. Fue en el mes del cumpleaños de Nicanor Parra, donde la gente andaba bien poética y juntando versos en sus mentes por doquier.
Invité a una amiga para que se sumara a mi panorama distinto y tras caminar para esperar que mi amigo y su gente nos recogieran, volamos al lugar y llegamos a un sitio muy bonito, bien pintoresco y con harto color. Al entrar, lo primero que vimos fue la mesa de los “cuenta cuentos”, larga y llena de una energía muy atractiva. Al rato, el líder se presentó y comenzó a relatarnos el punto de génesis del taller, ese impulso que tuvo para crearlo y cómo el aprendizaje se hacía presente con cada cuento.
Después dio paso a los relatores. Tras una entretenida presentación, mi amigo fue el primero. ¡Nos quedamos muy pegados mientras contaba su historia!. Él tiene mucha onda con los cuentos fabulosos, así que decidió basarse en Cortázar para dar cuerpo a lo que nos contaba. En el trascurso de su relato advertimos que realmente el taller es muy efectivo en temas de manejo escénico, modulación e interpretación.
El desenlace estuvo muy divertido y tras terminar, la sala se inundó de aplausos y risas, más un agradecimiento por parte de todos los expositores por el respeto que hubo mientras hablaban. Además, el don de contar cuentos y que sean creíbles es bien complicado y es eso justamente lo que se busca potenciar en el curso: te enseñan a creerte el cuento (literalmente) y dar credibilidad a tus historias. Debo decir que todos los chic@s que tuvieron su oportunidad lo hicieron muy bien.
Por si a alguien le llama la atención un taller con estas características, les cuento que fue impartido por Talleres Lumen y el lugar de las presentaciones fue en Bar Chancho Seis, un sitio muy bonito cerca de Quinta Normal.
Anímense, este tipo de talleres son muy productivos. Además, los cuentos ¡hay que saber contarlos!
Imagen CC talcahuanofotos