¿Recuerdan cómo hablaban los adultos en Charlie Brown? “Cua, cua, cua”. Así es como escucho actualmente a una de mis amigas, que ya llegó al nivel de hartarme con sus penas de amor.
La verdad es que nunca me había pasado con alguien tan cercano, pero ella realmente llegó a un nivel de reiteración desesperante e insoportable. Lo peor de todo es que esto no me sucede solo a mí, si no que el resto del grupo de amigas también siente lo mismo (eso significa que no soy sólo yo la chata ni "mala amiga", ¡menos mal!).
Realmente juntarse con esa amiga y tratar de conversar de algo es una lata, porque siempre tiene la cara por el suelo y como tema sí o sí aparecerá Fulanito: que no la valoró, que lo echa de menos, que no quiere estar sola y mil cosas más que vuelven la conversación un aburrimiento total.
Una sabe que la amistad es estar en las buenas y en las malas, pero cuando ya escuchaste este tipo de historias mil veces por parte de la misma persona y le diste todos los consejos habidos y por haber, que ella definitivamente no escuchó, entonces ya no hay nada más que hacer. Por lo mismo, opté por lo más sano para mi salud mental: no hablarle a menos que sea estrictamente necesario, ni contrapreguntar nada cuando dé indicios de querer expulsar su obsesión por el ex.
Si están pasando por esta situación, tengan paciencia y traten la situación con calma. Sin embargo, si esto no funciona, habrá que enfrentar la situación con la amiga y ver qué ocurre.
P.D: si llego al nivel dos de esta situación, les contaré en una próxima publicación los pormenores.
Imagen CC: Ed Yourdon