A lo largo de nuestras experiencias amorosas, todas hemos tenido un par de fails memorables. Un clásico es la cita a ciegas, donde si ya antes de decir que sí pensaste en todas las posibilidades, cuando conoces al "galán misterioso" te das cuenta de que es mucho más "trágame tierra" de lo que habías imaginado. Ingenuamente pensé que aburrirme como ostra, conocer a un "caso especial" y abstraerme totalmente, sería lo peor que podría pasar en una cita. Sin embargo, siempre está el factor sorpresa.
Por motivos de trabajo, conocí a un tipo que empezó a ser demasiado amable conmigo y era notorio que se estaba haciendo el lindo. Después de toparme varias veces con él, decidió invitarme a almorzar con algunos de sus compañeros de trabajo. Al ser una junta grupal, había otras personas para conversar y me evité todos esos silencios incómodos. Cuando finalizó el almuerzo, sus colegas le dijeron "pero llévala a tomar un café para que conversen". No me pareció una excelente idea, ya que no tenía mucho interés en estar sola con él, pero eso no fue lo peor. Yo trabajo en Santiago Centro y habiendo tantos lugares donde tomar café, me llevó a uno que se llama Bombay. Al entrar, noté que solamente habían hombres y era obvio el motivo: estábamos en un café con piernas.
Todas las niñas eran regias y los tacos altos, faldas cortas y las piernas largas son parte del paisaje. Nos atendió una señorita colombiana, con un vestido ajustadito e implantes. Su delantera era grande y redonda, tanto así que me quedé hipnotizada mirando su escote, porque de verdad era como para perderse en él. Después aterricé y dejé de mirar, porque no quería que ella se llevara una opinión equivocada de mis gustos en cuanto a pareja.
La cita se me hizo eterna y me sentía incómoda, siendo la única mujer en calidad de cliente. La conversación era latera y trivial, tanto que pillé a mi acompañante, más de una vez, concentrado mirando a las atractivas garzonas. No tiene nada de malo "observar el panorama", pero llevar a una mujer a la que quieres conquistar a estos lugares y más encima ponerte a mirar sin "hacerla piola" es un poco desubicado.
Cuando por fin terminamos el café, pidió la cuenta, le sonrió a la garzona, pagó y salimos. Al despedirnos me dijo "espero que se vuelva a repetir" y mi cabeza decía "nunca más", pero al final sólo atiné a despedirme para no ser tan pesada (por lo menos tomé café gratis y tuve una cita bizarra de la cual reírme a futuro). Después de llegar a mi casa y analizar la situación me pregunté ¿tendré imán para atraer a pelotudos?
No soy para nada enrollada o cartucha, pero sinceramente no creo que un café con piernas sea el lugar indicado para una cita. Lo anterior, ya que hay demasiados elementos distractivos para tu acompañante y termina no poniéndote mucha atención. Además, en ese tipo de local, no hay un garzón guapetón para la clientela femenina, con chalequito sin mangas y pectorales al viento.
Sin duda, mi peor cita de la vida.
Para ustedes, ¿cuál es el peor lugar para tener una cita? Imagen CC Robyn Lee