"¡Galla, estoy tan gorda, qué atroz!" A lo cual yo respondo - riéndome a carcajadas, por cierto - "¡Ah, que le pones color!"
Sí, ¡terrible esa desesperación por hacer dietas y a última hora, cómo si el mundo se fuera a acabar! Y creer que sea posible bajar milagrosamente 20 kilos en un mes, ¡una total locura!
Ir al gym y terminar casi sin respiración, gastar más plata en comprar productos especiales para no engordar y de pasada comer de manera muy estricta, aguantándose el hambre de puras tontas. ¡Hasta conozco mujeres que andan midiéndose! No, eso ya es perder la cabeza.
Así son las dietas de último minuto para entrar a ese bikini maravilloso en el verano, pero y si no se puede me pregunto yo ¿cómo tanta obsesión? Y ni hablar del súper closet y las mil prendas que tenemos; probárnoslas y darnos cuenta de que no nos caben. Entonces ahí la típica frase "¡no la voy a regalar porque la dejaré para cuando baje de peso!" jaja típico: ¿o no amigas?
Encuentro genial que una se cuide comiendo un poco más sano para verse bonita, escultural y atraer la atención de esos hermosos bombones que vemos a la orilla del mar en vacaciones (además de un tema de salud), pero ya peinar la muñeca con la dieta es como mucho. No se puede cambiar radicalmente la alimentación; quizás sí modificar un tanto los hábitos y de a poco ir bajando.
Nunca es sano reducir muchos kilos de una, comiendo apenas unas galletas de soda y agua. ¡No sean locas, chiquillas! Además ya saben:si sus príncipes azules las adoran tal cual son, eso es lo importante (incluso dicen que a los hombres les gustan las más rellenitas para tener de dónde 'agarrar', jaja).
Y si van al gimnasio súper, las apoyo cien por ciento en vitrinear, pero a no volverse locas en las maquinas ni salir volando en las trotadoras.
¡Ojo con las dietas de última hora!, ya que podrían resultan terribles en vez de hacerles un bien. Sólo hay que cuidarse con paciencia.
Imagen Thrice 18/3