"¡Ya amiga, prepárate para el carrete de esta noche!" Y largas un grito por teléfono, pero no de emoción, sino de rabia: "¡No puedo ni caminar, tengo heridas en los pies!" Y hasta ahí te llegó la súper salida, donde más encima iba a estar el mino que te encanta, a lo que tu amiga responde que "¿cómo tanto, luego se te pasa bailando y con un par de copas, jaja".
Pero créanme que es terrible y nos puede sacar mucho de onda, incluso para dejar de hacer las cosas que nos gustan, como salir a una fiesta o ir a caminar a un cerro. Generalmente nos encontramos con estas situaciones ahora, en primavera y verano, ya que comenzamos a usar las chalitas o las típicas hawaianas que tan cómodas son, pero ¡ojo!, porque también nos traicionan.
Al menos a mí me pasó que usé muchos días estas últimas y me herí los pies de inmediato. Más encima, con lo porfiada que soy, insistí en usar este tipo de calzados. ¡Mal! Por eso, amigas, les puedo recomendar que tengan mucho cuidado con los pies, ya que son muy delicados. Podemos pasarlos a llevar fácilmente, en especial en el tiempo caluroso.
Lo ideal es que vayan alternando de zapatos; por ningún motivo estar usando todos los días los mismos, y además preocuparse de que tengan una correcta ventilación, para que no vayan a tener otro tipo de problemas.
También es bueno 'regalonear' a nuestros pies. No cuesta nada darse unos minutos al día para colocarlos en agua con algo que calme el cansancio; por ejemplo, la canela. Dicen que es muy buena para relajar los pies. Luego, aplicar alguna cremita y dejar que respiren, ya que todo el día están de un lado para el otro. ¡También necesitan un break!.
Además, es necesario ir a una buena podóloga al menos una vez al mes, sobre todo para las mujeres que usan tacos, ya que los pies suelen resentirse con este tipo de calzado.
Que no les pase la cuenta, ya que las heridas ¡son bien complicadas cuando no las tratamos bien! Y más encima, nos impiden hacer nuestra vida normal, así que ¡a preocuparse no más se ha dicho!
Imagen CC David Hill