Una vez anduve- muy poco tiempo, por cierto- con un personaje que jamás podré olvidar. Pero ¿saben?, no porque me llenara de felicidad y haya estado genial con él, sino porque me decepcionó mucho y su forma de ser me terminó por trastornar.
Era "un hombre" ¡totalmente pelador! Y no sólo con la gente que veía pasar a su alrededor, sino que además pasaba hablando de sus ex pololas. Entonces, yo ya me imaginaba cómo sería si terminábamos. ¡Next!
Al principio tuvimos una muy buena comunicación, pero ya algunos comentarios y actitudes me parecían raras. Hasta que en un momento "genial", sentados en el sillón, luego de pedir pizza y ver una película muy buena, me dice: "¡mi ex me debe ene plata y no me la va a pagar, es más chanta!", "¡mi otra ex me cago con una lesbiana!" "¡y otra con la que anduve es tan loca que ha estado con todos mis amigos!".
Entonces es como para quedar marcando ocupado. Yo, de una manera muy suave y buena onda, trataba de defender los dos puntos de vista, aunque fueran sus ex. Esperaba que él las tratara de comprender, ya que siempre en una relación las cosas son de a dos y no podemos culpar a uno solo por un fracaso.
Pero bastó con que yo emitiera un comentario para que las pelara aún más, contándome cosas de la familia de sus 'victimas' y hasta intimidades de ellas. Luego siguió con los amigos "¡Pepito y Pepita se tiran los platos por la cabeza!" y bla bla... ¿Y saben? Lo deje hablando solo y me fui donde una amiga, porque me tenía realmente chata.
Está bien si quieres hablar de otras personas y descargarte un rato, pero ya pasa a otra cosa cuando un hombre se vuelve en extremo cahuinero y pelador con toda la gente. Encuentro que eso está fuera de lugar y no se hace.
No tenemos para que enterarnos de la vida de todos los demás: con vivir la nuestra, preocuparnos por lo importante y el bienestar de nuestros cercanos es suficiente. Lo demás ya es poco menos que conventilleo de viejas.
En el fondo, me di cuenta de que en vez de dejar mal a los demás, hablaba mal de él, ya que no podía concebir que alguien fuera tan mala onda con sus comentarios. Y dos caras, por cierto, ya que delante mío decía una cosa y con sus amigos, otra.
¡Así no dan ni ganas de tener una relación! Quizás algunas se presten para esas cosas, riendo con ellos a costa de los demás, pero yo no.
¿No creen, amigas?
Imagen CC Iván PC