Algunos podrían pensar que de vez en cuando nos damos besos o que ella vive enamorada de mí. Y digo algunos, porque aún ronda el rumor de que por ser lesbiana, debe haber una atracción entre ambas para que seamos amigas. Pero están muy equivocados.
Somos yuntas desde pequeñas, crecimos juntas, nos contamos todas las cosas y un día ella me confesó que su orientación sexual no era la misma que la mía. Sí, mi mejor amiga es lesbiana y creo que la aplaudo.
Es la combinación perfecta: creo que al ser mujer entiende mejor que nadie mi posición y el que sea lesbiana va más allá de si sale o no con otras chicas. Es mi amiga, mi compañera fiel y mi partner.
Puedo pedirle que me acompañe algunas citas y ella sin problemas será la reina de la conversación, sobre todo si es con hombres, porque creo que tiene mucha más suerte que cualquier mujer heterosexual con el sexo opuesto. No falta "la polola de" que se pone celosa de lo bien que se lleva mi amiga con "su amado"; como no sabe - y no tiene por qué hacerlo - que ¡no está ni dentro de sus posibilidades mirarlo!.
Con ella aprendo cada día sobre lo bacán que es Ellen Degeneres, me volví fanática de Orange is the New Black y sé perfectamente quiénes son Alex y Piper.
Todas esas cosas y una lista innumerables de detalles que tiene por mí, me hacen sentir orgullosa de que tener una mejor amiga lesbiana. No me acompleja; al contrario, la apoyo, estoy con ella, le celebro sus relaciones y también la celo, pero como cualquier amiga. Antes de todo, yo soy su primer afecto. Las otras vienen por añadidura. Seguiremos siendo amigas pase lo que pase, nos guste quien nos guste a ambas.
Imagen CC ksk33t