Desde que somos niñas, vemos películas donde el amor triunfa, la princesa encuentra a su príncipe y viven felices para siempre. Pero la realidad es que, en la gran mayoría de los casos, encontrar al "príncipe azul" nunca es fácil, y mucho menos el "y vivieron felices para siempre".
Por suerte, no todas las películas románticas son así. Hay muchas que, por muy mamonas que puedan ser, tienen finales donde demuestran que el amor no lo puede todo. Una visión mucho más realista de las relaciones interpersonales, donde no todo romance termina con la pareja casada y junta por el resto de sus días.
A continuación, les comento algunas de las películas románticas que no terminan como todos quisiéramos, donde no viven felices para siempre y el amor no triunfa por sobre todas las cosas, o al menos no como esperamos. (Si no han visto alguna de estas películas, tal vez podría arruinarles el final con esto)
Titanic
Es la película romántica por excelencia. El niño pobre y la niña rica se enamoran perdidamente y, aunque él no tenga mucho para ofrecerle, ella está dispuesta a dejarlo todo por él. Sí, suena increíblemente meloso, pero volvamos al título de la película, puesto que toda la historia ocurre en el Titanic. Por lo tanto, por muy romántica que sea, desde el comienzo sabemos la tragedia que va a ocurrir inevitablemente: el barco se hunde.
No es un misterio para nadie que, finalmente, Jack no sobrevive en el congelado mar y Rose vuelve sola a Estados Unidos. Entonces, decide vivir como él le ofreció, llena de experiencias simples que con los de clase alta jamás hubiese tenido... pero sin el hombre que amó.
Pocahontas
Una película de Disney que, a simple vista, es otra cinta romántica más muy del estilo de Romeo y Julieta: un hombre y una mujer provenientes de bandos rivales, se conocen y se enamoran. Hasta ahí es todo normal, pero el final de la historia es lo que difiere de otras. A pesar de que se juran amor eterno, Pocahontas se queda en América y su enamorado vuelve a Inglaterra. El amor, una vez más, no fue excusa para ambos. En este caso, la trama está basada en una historia de la vida real. Tal vez eso hace la diferencia.
(500) Days of Summer
En la misma película se explica que no es una historia de amor, pero gran parte de esta producción lo es, o al menos eso parece. Lo que pasa es que más que narrar lo lindo de enamorarse, muestra lo triste que es el fin de una relación en la que uno está muy enamorado, pero el otro no siente lo mismo. Es bastante deprimente a ratos y el final es muy melancólico porque, a pesar de todo, no logra quedarse con ella.
A pesar de que no muestra un final con la pareja feliz y el amor rompiendo barreras, deja un mensaje bastante importante, que es el no rendirse al amor aunque las cosas no funcionen como esperamos. Aunque creas haber encontrado a la persona indicada y hagas todo lo que puedas para mantener esa relación, tal vez no lo logres. Y no es ser pesimista, es simplemente mostrar una realidad que puede darse en cualquier contexto.
Once
Este es un musical que casi todo el tiempo tiene un tono melancólico. Muestra a un hombre que perdió a la mujer que amaba y conoce a otra que estaba casada, aunque separada de hecho. Los une la pasión por la música, que es lo más lindo de la película, y deciden producir un disco juntos.
Todo el tiempo es evidente que se están enamorando. Esto lleva a pensar que en algún momento se darán cuenta de que son el uno para el otro. Pero eso nunca pasa. Él se va a Londres a buscar a su ex, pero antes le manda a ella un gran piano para que pueda tocar en su casa. Ella, por su parte, se queda en Irlanda para tratar de arreglar las cosas con su marido y padre de su hija. No obstante, queda la sensación de que ambos tienen claro que se aman, pero no intentan estar juntos.
Los puentes de Madison
Esta película es un clásico del cine romántico. Muestra una historia de amor que dura sólo cuatro días, pero es profunda y apasionada. Ella estaba casada y él iba a la ciudad de Madison para sacar fotografías. Viven un intenso romance, pero termina después de una pelea, y ella finalmente decide quedarse con su marido.
Pero esta decisión es puesta a prueba cuando lo ve frente a su casa, mientras ella está en la camioneta esperando a su marido. Es una escena que para cualquiera se hace eterna, puesto que esperas que se baje y corra hacia él bajo la lluvia. Pero como ella no se mueve del auto, él se sube al suyo y se va, encontrándose de nuevo en un semáforo en rojo. Es ese el momento en que, en cualquier película romántica, la protagonista se bajaría para correr hacia la camioneta de su amado y ser felices por siempre. Pero no aquí. Francesca toma la manilla de la puerta, lo piensa mucho, y nunca lo hace.
No es malo que sigamos creyendo que el amor sí lo puede todo, pero que nadie diga que las películas románticas son siempre melosas y predecibles. A veces no terminan ni como uno cree ni como uno quisiera. ¡Como la vida!
Imagen CC Andrés Nieto Porras