Una aventura con el profe de Zumba

El otro día me junté con una amiga media loca, de esas que son re chistosas, te cuentan mil historias y te hacen reír todo el rato con sus historias. Me contó algo tan entrete que quise compartirlo, ya que quizás a más de alguna por acá le haya sucedido algo similar.

La muy pastela se había involucrado ¡con su profe de zumba! Y estaba literalmente rallando la papa con el pobre hombre. Pero de que estaba bien bueno nadie podía negarlo, porque me mostró una foto y era muy difícil resistirse a sus encantos.

Lo más divertido es que cuando ella llegó a sus clases él ni la pescaba y más encima la pasaba retando, porque no hacía bien los pasos y no se concentraba. ¡Pero es que como se iba a concentrar, pues!

Típico de esos bombones que hacen como que les eres indiferente, pero a los que al final les atraes mucho. Que no quieran reconocerlo ya es otro tema, pero así no más es la situación. Más encima, ¡tenía sus dotes de artistas el cabrito!, ya que hacía show en las clases, se sacaba la polera y se tocaba de una manera muy sensual.

Un día fueron muy pocas alumnas y todas se retiraron temprano, pero mi partner lamentablemente se quedó a solas con él ¡Pobrecita de ella!, ¿no? El medio sacrificio que tuvo que hacer, jaja.

Conversaron de las clases y le empezó a enseñar, hasta que de un momento a otro la tomó muy fuerte de la cintura, la acorraló contra la pared y le dio un beso. Pero no terminó ahí, ya que acabaron teniendo sexo, con todo oscuro y una noche de luna llena ¡Qué mejor!, casi de película.

Me bastó ver la cara de mi amiga para darme cuenta de la intensidad de esos momentos. Yo sólo la escuchaba, y bueno, también me darían ganas de estar con alguien así de apasionado, ya que a las mujeres nos aburren los hombres fomes en la cama. Para que estamos con cosas, ¿no? jaja.

Pero no termina ahí la historia, ya que pasadas unas semanas, mi amiga conversó con otras compañeras y se dio cuenta de que el tipo era un tiro al aire, ya que se había involucrado con varias de ellas y más encima tenía su lado oculto: ¡era vedetto!. Sí, luego de las clases se iba a un night club a bailar; por eso que hacía tanto show y le gustaba mostrar su cuerpo jaja.

¡Verdaderamente chistoso!, pero a mi amiga le dio lo mismo, total le encantaba y no se arrepentía. Total, lo comido y lo bailado no se lo quitaba nadie.

Imagen CC Edson Hong