Vas al supermercado: compras tu helado preferido y es de noche. De vuelta en casa, apagas las luces, te sientas en tu sillón regalón y te dispones a ver una de tus películas favoritas (en mi caso Crepúsculo, El Señor de los Anillos o el antiguo Mi pobre Angelito, con el que me ataco de la risa a más no poder).
Estás en lo mejor y te llama un 'amigo', de esos que no pasan el límite de la amistad, pero que en el fondo tú sabes que sólo esperan una oportunidad. Son muy buena onda, pero muchas veces también te dan la lata, jaja. Resulta que te tiene un mega panorama, de un carrete a todo trapo.
Y antes, te invita a comer a uno de los mejores restaurantes de Santiago, un lugar muy lujoso donde puedes pedir lo que quieras y comer cuanto te apetezca. ¡Nadie se lo perdería!, ¿no creen?
A mí me pasó. Pero yo respondí "¡Pucha es que ya estoy acostada y me siento más o menos, dejémoslo para otro día mejor. ¡Pero muchas gracias!" Y bueno, son mentiritas blancas, sin hacer daño a nadie, por supuesto.
Llamé a una de mis mejores amigas y me retó: "¡pero cómo hiciste eso, te perdiste el medio panorama, estás mal enfocada!" Pero no es que esté peinando la muñeca, sino que simplemente ¡prefiero estar solas que mal acompañadas! Claro, es mi amigo, súper buena onda y todo, pero ¿para qué estamos con cosas?, ellos esperan algo a cambio. Si tampoco hay que ser tan pastelas para darse cuenta de eso: una invitación tan comprometedora, de noche más encima y que te paguen todo... ¡Ese huevito quiere, sal como dicen!
Y si no nos interesa una persona para algo romántico, mil veces mejor es quedarnos con nuestro panorama inicial. Además, podemos aprovechar muy bien el tiempo solas y regalonearnos. Estaremos incluso más tranquilas y felices, en vez de pensar cómo agradeceríamos aquella invitación.
En cambio si nos llama alguien que nos interesa ¡cómo cambiaría la cosa, eh! Ahí le decimos de inmediato que sí o que compramos cositas ricas y que se venga a ver la película con nosotras jaja. ¿O no? A quien no le ha pasado algo así en realidad, por eso siempre sigamos a nuestro corazón y no hagamos las cosas por obligación.
Imagen CC jev55