Una de mis mejores amigas me contó algo muy divertido y quise compartirlos con ustedes: ¡Se emborrachó con su papá! Sí, ¡qué locura!, y justamente para pasar las penas de amor. Y bueno, podemos encontrar esta situación muy chistosa, pero al mismo tiempo, dulce y tierna, en especial cuando no tienes mucha cercanía con tu progenitor, pero te das cuenta que de un momento a otro pueden cambiar todas las cosas. ¡Así son las vueltas de la vida!
Lo sintió de esa forma mi querida e incondicional amiga, que luego de pasar años un poco distante con su padre y verlo poco, pasó a resolver el mundo como Pinky y Cerebro con él y se fueron de copas, jaja. ¡Le cayó como un verdadero ángel para que la escuchara!.
Claro, ¿a cuántas de nosotras no nos gustaría alguna vez compartir nuestros asuntos íntimos con el papá? Y ¿quién mejor que él para ayudarnos y darnos sabios consejos con su experiencia?. Yo también me he acercado mucho a mi papá ahora y créanme que reconforta el alma. Es uno de los regalos más lindos que pueda darte el Universo.
¡Ya los veo ahí, tirados los dos en el sillón!, compartiendo mil historias con un buen vino; hablando a medias con la borrachera, las narices rojas y el típico “Es que yo te quiero tanto”.
Y ustedes ¿alguna historia en particular que contar con el papá?
Imagen CC Kirti Podday