Creo que no es un secreto para nadie esto de que para vivir feliz, se necesita actuar diferente al resto de la sociedad. Hay que sonreir, saludar, ser respetuosos… lamentablemente eso es algo que hoy no se ve muy seguido en la conducta de las personas. La felicidad es producto de un trabajo interno de reflexión y externo de comportamientos.
Las personas que viven felices tienen una actitud diferente frente a la vida, en la que el positivismo toma parte importante para la reacción final respecto a los problemas.
Por ejemplo, si eres una persona que vive pendiente de agradarle a todo el mundo, lo único que conseguirás es desgastarte, puesto que es prácticamente imposible que todo el mundo te “tenga buena”. Por ende, la felicidad se alejará de tu camino y estarás preocupada o estresada pensando maneras de hacer las cosas para complacer al resto.
En cambio, si eres alguien que vive a gusto consigo misma y haces lo que haces sólo porque crees que es lo mejor, eres tu propio equipo y tu mejor compañía.
¿Qué crees que es mejor? ¿Hacer las cosas porque quieres o porque debes? Creo que cuando uno hace las cosas porque quiere, trabaja mucho mejor. Ahora cuando hay un “deber”, claramente no siempre va a ser algo que estemos esperando hacer, pero como la palabra lo dice, hay que hacerlo y la forma en la que se hace depende solamente de ti. ¡Ya vendrán recompensas a tu buen actuar!
Alguien me dijo una vez que no porque desconfíes de algo significa que eres infeliz, sólo estás siendo cauteloso. Ahora, con el tiempo he comprendido esto y le he dado la razón a aquella persona. Cuando de amigos se trata, no siempre es conveniente dar un 100% de confianza, ya que uno siempre se antepone al resto, esto es así. No sé si poniendo toda mi confianza en alguien alguna vez no me voy a decepcionar, por eso prefiero tener la confianza primero en mí para luego poder traspasar algunas cosas al resto.
Las personas felices no andan pendientes al 100% del estatus que tienen ellos ni el resto. Se preocupan de vivir y de disfrutar de sus logros haciendo las cosas que les gustan: viajes, regalos para otros, lo que sea. Ser feliz significa también no quedarse quieto y de esto sacar una filosofía propia de la que pueden regirse. “No hay por qué ser juez de nadie, sólo de uno mismo”.
No desesperarse ante la idea de la muerte también es un factor que es capaz de hacer infeliz a la gente. Por lo general, todos tenemos miedo a morir, o a dejar este mundo sin haber cumplido las metas que están en nuestras cabezas. La muerte se trata de aceptación y de valentía, de asumir que hay cosas inevitables. Pero eso no significa que no se va a disfrutar a concho lo que se tiene delante.
Si quieres ser feliz debes ser capaz de interpretar el mundo a tu manera y de respetar esa visión. Vive, sueña y construye… no busques cambiar tu entorno, adáptate para vivir feliz. Di adiós a la negatividad: abraza las rarezas y todo lo que te haga sentir bien.
Imagen CC Ge-Orge