Han tenido que pasar miles de tormentas para llegar al arcoíris. El 2014, por lo que he estado conversando, no fue un buen año para nadie. A pesar de ello, uno aprende lecciones y valora enormemente cada momento vivido. La mía es el equilibrio, en todas sus formas y expresiones. Mantenerse siempre positiva, a pesar de las adversidades.
Este año, mi consigna es la tranquilidad. Para eso, requiero balancear mi mundo interior y exterior en perfecta armonía. El mayor error que puedes cometer, es aislarte o ensimismarte en una situación. Dejar ir lo negativo y pasado, para abrirle las puertas a lo nuevo y positivo. Estar solo con la familia, el pololo o los amigos, puede repercutir en la normalidad de nuestras vidas.
Las energías son importantes, la vibra debe ser siempre con los mejores deseos. Por eso, dedica igual tiempo a tu familia, pareja, trabajo y amigos. Parece imposible, pero recordemos que si se respeta el espacio de cada uno, es realizable. Recuerda que hay personas con problemas peores que tú, el mundo no se acaba por un obstáculo.
De ti depende mantener la calma. El equilibrio total es una decisión y elección personal. Si una decide no verse afectada por las dificultades, serán superadas rápidamente. Control, una palabra que debería ser adoptada en lo más íntimo de nuestro ser. Tal vez, si le hiciéramos caso al organismo cuando nos pide parar, habría menos casos de estrés. Debes aprender a ser feliz contigo misma.
No hay que descuidar a nuestros seres queridos y eso incluye a las mascotas. Mi gato suele estar cabizbajo y recostado sobre su cuello, lo que es muy poco común. Con un poco de cariño, veo lo feliz que se siente y recupera su energía. El amor alcanza para todos, es hora de empezar a compartirlo sin esperar recibir algo a cambio. Sentirás la satisfacción que siempre quisiste
¿Te animas a darle un giro a tu vida?