Sí, duele. Duele el darse cuenta que te han mentido, que aquella persona en quien tanto has confiado te ha traicionado y finalmente no sabes por qué. ¿Qué pasó? ¿Qué le llevó a ocultar tanta información? ¿Por qué te falló? Si decía quererte tanto…
Creo que la vida está llena de pruebas y encrucijadas. En ocasiones nos pone en situaciones difíciles de comprender y aceptar. Cuando uno decide empezar una amistad con alguien es todo un desafío. Un ir y venir de energías, momentos, experiencias felices y tristes también, que van forjando un lazo. Muchas personas pasan por tu vida, pero muy pocas logran quedarse y formar una unión tan profunda como la de un amigo.
Y es que un amigo es capaz de ganarse un cariño tan especial y fuerte, que a veces es mucho mayor que el que le puedes tener a un primo, tío o familiar cercano. Y esto radica principalmente porque es esa persona en quien uno deposita toda su confianza. Es quien conoce tus más profundos sentimientos, miedos y emociones…
Por eso resulta tan doloroso cuando descubrimos que nuestro querido amigo nos defraudó. Que no fue capaz - como me pasó a mí en una ocasión -, de decirte a la cara un par de verdades que podrían cambiar por completo una decisión o un destino. Y enterarte por terceros te destroza, porque cuando la confianza se ve derrumbada, una siente que ya no hay vuelta atrás. ¿Cómo volver a parar esa muralla?, ese es el dilema que les quiero plantear:
Semanas estuve sin hablar con mi amigo y no niego que fue difícil, porque lo quería. Pero por otro lado sentía que no podría perdonarle jamás su traición. “Fue un Judas", me decían otras amigas y "no se merece tu amistad”. ¿Pero un error será suficiente para no darle otra oportunidad? Lo pensé y mucho, hasta que llegó el día en donde él rompió su orgullo y se acercó a mí. Me pidió perdón, le expliqué cuan dolorosa había sido su traición, pero que era capaz de reconocer y afirmar que lo extrañaba. Que no podrían ser las cosas como antes de un día para otro, que una mentira u omisión más no la toleraría, pero que estaba dispuesta a darle otra oportunidad.
Y en eso estoy, tratando de reconstruir día a día una amistad que para mí es importante. Mi único consejo es tratar siempre de llevar una vida sana, sincera y sin dramas. No vale la pena vivir con sentimientos negativos hacia nadie y como me dijo también otra buena amiga: “Perdonar es divino”…
Imagen CC leonardo samrani