Reconozcámoslo: las mujeres sí somos celosas y mucho. Puede variar el grado en que se manifieste este sentimiento o la forma en la cual lidiamos con él. Pero en mayor o menor proporción, la inmensa mayoría está expuesta a experimentar ira ante ciertas actitudes inexplicables de la pareja, que involucran directamente a otra mujer.
Cómo evidenciamos la desazón, incertidumbre o decepción ante un motivo de alarma (sea fundado o no) será distinto en cada una, dependiendo de nuestra personalidad y características. Pero en Fucsia les presentamos las reacciones más comunes de una chica víctima de los celos. ¡Para que te identifiques y nos cuentes cuál eres tú!
1. “Nada”. Esta palabra es quizás nuestro caballito de batalla más manoseado. Cuando lo usamos, nos suele ocurrir “de todo”. Y la celosa que la emplea, está enfadada a máximo punto, pero una de dos: no quiere verbalizar lo que le ocurre porque espera que “él” se dé cuenta solo o prefiere guardar silencio porque sabe que la más mínima provocación puede extraer a la “Carrie” que lleva dentro (sí, la misma de “la ira”). Lo cierto es que se convierte en el símil de un témpano de hielo: impávida, no quiere que él la roce o le hable y es lo más parecido a una estatua. Pero jamás revelará que son los celos el motivo de su rabia.
2. Sarcástica. Lo recibe con la mejor sonrisa que tiene, aunque ésta no logra disimular su rabia. Es pura risa y, como que no quiere la cosa, saca a relucir el tema controvertido, preguntándole qué tal está Fulanita y confrontándolo “amigablemente” con la situación que generó su mal humor. Todo, aderezado con comentarios cargados de veneno, pero que aparentan ser muy inocentes. Luego, con la misma simpatía le relata cómo y cuándo emulará su conducta, esta vez con sus guapos y musculosos amigos.
3. Acumulada. Lleva la cuenta de un sinnúmero de situaciones que en algún momento le generaron molestia o ruido, pero que no verbalizó por temor a provocar un conflicto innecesario. Sin embargo, el hecho controvertido es “la gota que derrama su vaso”. Así, un Whatsapp de Juanita a medianoche la lleva a reclamarle a Pepito (¡y con escándalo!) por cosas que ocurrieron en la prehistoria, tales como los 5 minutos que demoró en llegar a la primera cita o el desorden que tenía en su pieza el año 2000. Suele ser una compañera pacífica y conciliadora, pero ¡ay del que la haga estallar! Podría desatarse el Apocalipsis.
4. Dramática. La situación en cuestión la lleva a desarrollar una escena ¡memorable!, que parece extraída de las más cruentas nocturnas chilenas, o el más enrevesado culebrón turco / mexicano (y es más, deja ¡pequeñas! a estas producciones). El repertorio puede comprender insultos, llantos dramáticos, golpes, arrojar objetos, destrozar el auto, apuñalar a un peluche y hacer descargos en Internet (onda Xuxu, caso Vardoc), además de un sinfín de etcéteras. Todo, mientras pronuncia un discurso ad hoc, del tipo “yo que te quiero tanto y así me pagas”.
5. Vengativa. Puede que no diga nada y sólo actúe o bien, que le dicte sentencia al “inculpado”; pero se encargará de emular la conducta cuestionable de su hombre una y ¡mil veces!. Por supuesto, se asegurará de que él lo sepa y defina “qué se siente”.
6. Radical. No se hará problemas y cortará por “lo sano”: terminar la relación sin derecho a réplica. El susodicho tendrá que hacer esfuerzos sobrehumanos porque lo escuche e intente comprender sus excusas. Si lo logra, ¡aleluya! y que de paso, pruebe suerte en alguna lotería.
Y tú, ¿con qué tipo de reacción celosa te identificas?
Imagen CC BurgTender