Hace un tiempo les hablé sobre “la crisis del titulado”; aquel nuevo punto de quiebre “vital” que la psicología ya considera. Consiste en ese periodo en que sales desde la universidad “al mundo” y te das cuenta de que las cosas no eran tan fáciles como creías. Sientes nostalgia de tu casa de estudios y la época de estudiante, en que tu gran preocupación era pasar los ramos (definidos por la malla) y no pensar una estrategia para abrirte paso entre mil profesionales que esperan “su momento”.
La frustración, entonces, “hace de las suyas” y te lleva a cuestionar tu vocación. Replanteas tus decisiones y exploras nuevas opciones. Buscas pasión, o al menos algo que se aproxime a tus viejas expectativas. Y es entonces cuando eres especialmente susceptible a dar palos de ciego, los que en un futuro podrías lamentar. Si estás pasando este complejo periodo, te dejo algunos tips que te convendría implementar para no tomar decisiones apresuradas. Léelos atentamente y ¡ponlos en práctica!
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Dale a tu carrera una nueva oportunidad: No en vano la escogiste y además, sacaste adelante el largo proceso estudiantil, que en la mayoría de los casos supera los cinco años. Por eso, antes de comenzar a mirar la oferta académica del mercado y sacar cuentas para iniciar nuevos rumbos, piensa bien. Recuerda cuáles eran tus motivaciones al momento de estudiar, enfrentándote a sesudas evaluaciones contra viento y marea. Puede que tu carrera aún te apasione, pero estés decepcionada de la falta de oportunidades. Y eso no se resuelve picoteando en nuevas disciplinas.
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Considera especializarte: Si las áreas en que las oportunidades laborales se presentan no te son satisfactorias, analiza cuáles son las que sí te motivan y ¡especialízate! Cotiza un programa de postgrado, sea magíster o diplomado y orienta tu carrera hacia aquello que sí te apasiona. Además, no te vendría mal generar plataformas (o un portafolios) que te permitan demostrar por qué mereces una oportunidad, dando a conocer tu talento. Recuerda que las gallinas cacarean cuando ponen huevos. ¡Tú debes hacer lo mismo!
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Si experimentas una crisis vocacional, ¡recuerda tu niñez! Cuando pequeños teníamos claridad sobre qué era lo que más amábamos realizar. Sí, porque de no sentirnos motivados, ¡simplemente dejábamos esas tareas de lado! Por eso, si hoy te sientes confundida, sube a tu máquina del tiempo y ¡viaja!. Piensa en qué era lo que te inspiraba cuando niña y hallarás muchas respuestas a tus problemas de adulta.
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Asiste a talleres vocacionales. No importa si bordeas la treintena: una buena instancia para aclarar dudas respecto a tu elección es volver a ver las cosas como a los 18. Hay universidades que imparten novedosos talleres, en los que puedes asistir a una clase de la carrera de tu interés, aproximándote a lo que será su estudio y ejercicio. Están orientados a adolescentes, pero ¡no importa!, hazte el ánimo, saca personalidad y ve. ¡Será revelador! Inscríbete en la charla de la disciplina que estudiaste y también en las otras que has estado considerando. Sólo así podrás redescubrir tu pasión o bien, confirmar que “metiste la pata” y tu verdadero camino se encuentra en otra área.
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Inicia una terapia. Como antes te dijimos, las terapias no son para locos o débiles, sino para gente valiente, que lucha y reconoce que requiere de un impulso. Todas las crisis vitales se resuelven más rápida y eficazmente con ayuda. Deja a un lado la soberbia y el orgullo; anímate a redescubrirte de la mano de un especialista.
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El factor dinero. Si resulta que amas tu profesión de actriz, pero con sus réditos no puedes pagar comida y servicios básicos, entonces debes buscar otro camino. Hazlo, pero deja siempre un espacio para desarrollar aquello que te apasiona. Por ejemplo, si tomas la vía de los negocios y consigues éxito en el área ventas, los fines de semana puedes actuar en cumpleaños, compatibilizando así lo que quieres (tu vocación) con lo que necesitas (cash).
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Considera emprender: Este es otro excelente camino para desarrollar aquello que te gusta, de la manera en que mejor estimes: iniciando tu propio negocio. Los réditos dependerán cuánto esfuerzo inviertas en ello, pero ¡es cierto que quien hace lo que le gusta, no trabaja ni un solo día! (y mejor si es en pos de cómo proyectas tu vida)
Y bien, ¿estás lista para superar eficazmente la crisis?
Imagen CC Walt Stoneburner