Muchas veces, la cercanía que tenemos con nuestro "best friend forever", ese hermano que nos ayuda a comprender la perspectiva masculina y a quien consideramos una “amiga con bigote”, puede resultar incómoda para la pareja. Claro, existe confianza (en toda relación sana debe haberla), pero tendría que ser un robot si esperamos que no sienta nada si nuestro partner nos comenta cada interacción en Facebook, nos llama “pequita” o “mi niña”, pone una foto de perfil junto a nosotras, insiste en que nos veamos y al encontrarnos, nos abraza calurosamente.
Puede que sus resquemores sean totalmente infundados (o que su radar haya dado “amigo Sprite detected”); sea cual fuere el caso y ya que nuestro partner no nos mueve ni una hormona, debemos tomar ciertas providencias para que su existencia no sea un problema.
Primero que todo, es preciso evaluar si el “compadre” en cuestión es realmente nuestro amigo o lo consideramos más bien un “conocido” buena onda. Si el tipo es en extremo cariñoso y gusta de juntarse semanalmente con nosotras para compartir unas chelas o “piscinear” en su condominio, pero no pertenece al "círculo de hierro", para qué causar conflictos innecesarios. Convengamos en que quizás también nuestro pololo tiene compañeras que - sin ser "amigas" - nos activan el “jote-radar” y no son precisamente santas de nuestras devociones. Por eso, si el sujeto en cuestión no es más que una compañía agradable, limitar el contacto es lo idóneo.
Ahora bien, si el susodicho realmente es “Best Friend Forever” y el paño de lágrimas de tus más tiernos años, seguro ocupa un lugar relevante en tu vida. Siendo así ¡no puedes darte el lujo de "soltarlo"!. Por eso, aquí te van algunos útiles consejos para que tu pololo lo acepte y respete su amistad, sin suspicacias:
1. Preséntalos: Este punto es ¡infalible!. Al compartir una tarde agradable con tu partner, tu pololo bajará las defensas, pues advertirá que no existe más que un sentimiento de profundo cariño y lealtad entre ustedes. Podrá apreciar que es un tipo simpático, no el lobo con tenedor y cuchillo que había estado imaginando. Además, ¿cómo sabes?, puede que hasta terminen “cheleando” juntos tupido y parejo. ¡Y tú sintiendo celos del tiempo que tu amigo le roba a tu noviazgo!
2. Hazle ver que es un aliado: ¡Y vaya que lo es! Tener un “inseparable” del sexo opuesto nos ayuda a comprender mejor el razonamiento masculino. Lo más seguro es que ante una discusión de pareja, tu amigo te ayudó a entrar en razón y comprender mejor su postura. ¡Tremendo mérito tiene! Haz que tu pololo lo note y lo sepa valorar.
3. Deja clarísimo por qué es “tu amiga con bigote”: Coméntale las razones que te hicieron pasarlo a la Friendzone en forma permanente. Conocerlas - y comprenderlas - lo tranquilizará. Además, haz hincapié en que él fue tu elección, no tu amigo; que para ti es único y no lo cambiarías ¡ni aunque Ian Somerhalder viniera a buscarte!
4. Ayúdalo a encontrar la raíz de sus celos. Seguramente en su grupo de amigos o familiares vio situaciones que generaron su desconfianza y reprobración. O tal vez él mismo fue víctima de una infidelidad traumática. Hazle ver que esta historia es distinta - como cada persona lo es - y que no tiene motivos para sentirse intranquilo. Todo, conversando el tema con amor y pacientemente, sin faltarse el respeto. ¡Recuerda que no estás libre de sentir celos algún día!
5. Separa las aguas: Revisa tus actitudes, asegurándote de no ser demasiado efusiva y cariñosa con tus partners como para generar suspicacias. A veces, podemos coquetear sin darnos cuenta, ni tener intenciones de ello. ¡Vigila que no te pase!. Dale a tus amigos un trato de hermanos o aliados entrañables, pero ¡jamás el mismo que tienes con tu pareja! Marca las diferencias, crea códigos distintos y así no habrá problemas.
Y tú, ¿qué consejo sumarías para evitar este problema?
Imagen CC BeingGossip