Muchas mujeres, aún cuando experimentan gran incomodidad durante su periodo menstrual, sienten pavor de colocarse un tampón. El temor más recurrente es que éste se quede inserto en el canal vaginal, sin poderlo sacar posteriormente. Lo anterior se exacerba ante la idea de que se rompa el hilo que permite llevarlo afuera o bien, no hallar el orificio donde debe colocarse. La doctora Odette Freundlich, directora médica del centro Mi Intimidad, nos da algunos tips para vencer los miedos y ponerlo correctamente:
Lo primero que debemos saber es que la vagina es un órgano con forma de embudo (angosto al inicio y ancho en el interior), cuyas medidas oscilan entre los 9 y 13 centímetros. Dadas sus características anatómicas, si te recuestas boca arriba, tendrá una inclinación hacia abajo. La rodean músculos muy firmes, pero elásticos, que al contraerse son capaces de cerrarla con fuerza. En virtud de lo anterior, la mejor forma de insertar un tampón sería la siguiente:
1. Conociendo tu vagina: Al estar en el baño o recostada en la cama, quítate la ropa interior y coloca un espejo frente a tu órgano sexual. Aprieta los músculos y luego relájalos, observando cómo se cierra y abre. Al hacer este ejercicio, estarás consciente de la importancia de relajar tu musculatura para que el procedimiento no sea traumático.
2. Conociendo el mecanismo de aplicación: Toma un tampón y sujeta el aplicador fuertemente, sin que se deslice, con tus dedos medio y pulgar. Luego, utiliza el dedo índice para empujarlo y notarás como el tampón sale eyectado.
3. Aplicando lo aprendido: Sentada en el WC - o de pie - y con las piernas separadas, relaja la musculatura vaginal y ubica el orificio de entrada. Luego, inserta el dispositivo de la forma en que aprendiste. El tapón quedará al interior de tu vagina y el cordel estará colgando. Si el procedimiento fue realizado en forma correcta, no deberías experimentar molestias; pero si no quedó bien colocado, puedes acomodarlo con tus dedos, tal como haces cuando utilizas algún óvulo vaginal. Es fundamental que lo cambies cada 3 o 4 horas. De esta forma, te sentirás más cómoda y libre durante el periodo de flujo, sin tener que restringir tus actividades cotidianas.
Ojo, ya que la doctora Freundlich enfatizó en la importancia de este procedimiento para detectar si tienes vaginismo. Las mujeres que sufren este trastorno -que implica la contracción involuntaria de los músculos de la vagina - se ven imposibilitadas de usar tampones, así como también de mantener relaciones íntimas. Por lo mismo, prueba y si no te resulta ¡consulta con un especialista!
Y tú, ¿ya has utilizado un tampón?
Imagen CC Iñaki Pérez Aguado