Comenzó el año académico y con él, las obligaciones. Ya no habrá tardes de relajo, en las que sólo veamos la teleserie, bordando - o bueno, no exactamente -. La dura realidad nos indica que hoy es menester dedicar un par de horas al estudio y / o redacción de informes y PPT’s, si nuestro propósito es tener un semestre exitoso.
Aunque ustedes no lo crean, el espacio físico que destinamos a nuestros deberes es ¡clave! para que el tiempo que les dediquemos sea realmente fructífero. Hay factores que obviamente no favorecerán la concentración, como que a nuestro lado haya un niño / hombre jugando Play o nos instalemos junto a una fuente de soda con alma de pub a intentar memorizar las diez primeras páginas de un libro. Tampoco sería una buena idea estudiar en un sótano oscuro, por ponernos extremistas. Existen ciertas condiciones que resultan nefastas para la productividad, así como hay otras que sin duda le favorecen.
Y bueno, como en Fucsia buscamos soluciones a todo, les compartimos la opinión de la directora de la Escuela de Diseño de Universidad del Pacífico, Carolina Montt, respecto del lugar idóneo para el desarrollo intelectual. ¡A tomar nota!
1.Iluminación: Este punto es fundamental para la concentración y el buen desempeño. La sala escogida para estudiar debe cumplir adecuadamente con esta condición; sin embargo, es necesario que las fuentes de luz estén dispuestas de forma tal que no encandilen. Tampoco es aconsejable que las tengamos demasiado cerca pues emitirán un “bzz” que nos podría perturbar. El ideal es que las luces se distribuyan de manera homogénea por todo el lugar y ¡mejor aún si sobre el escritorio hay una lámpara dirigida! Ojo, que su ampolleta debe ser de 60 Wts en tonalidad azul, para que no genere un contraste desagradable con la iluminación ambiente.
En este punto, también es fundamental que la luz provenga de la dirección opuesta a la mano con que escribes, para no hacer sombra y teniendo especial cuidado con que se proyecte directamente sobre tus ojos. Procura evitar las luces fluorescentes, porque pueden producir cansancio y estrés.
2. Sonido: Para una buena concentración, es esencial que el sonido ambiente sea adecuado y no dubstep volumen extra alto ni aquella canción “cortavenas” que te recuerda al ex que aún no olvidas. Debemos distinguir entre sonidos “aceptables” y los que no lo son, puesto que no todos distraen en igual medida. La voz humana es uno de los principales elementos “perturbadores” a la hora de establecer “conexión” con las materias, por lo que la experta sugiere que tu lugar de estudios se ubique ¡lejos! de toda zona de conversación (como el comedor). La música, si bien no es aconsejable en actividades que requieran toda tu atención, puede ayudar como “fondo” para contrarrestar ruidos exteriores. En tal caso, escoge estilos “tranquilos” (como el indie o conciertos clásicos).
3. Temperatura: En la medida de lo posible, controla este punto asegurándote de que siempre ronde entre los 19 y 22 grados. Por encima o debajo de estos valores, se producen efectos indeseables y que afectarán seriamente nuestra disposición al estudio. Por ejemplo, con frío sentiremos inquietud y con calor, extremo cansancio.
4. Mobiliario: Es necesario que sea cómodo y adecuado a la actividad que desarrollaremos. Lo mínimo es contar con una silla de respaldo recto y una mesa amplia para manejar todos nuestros materiales. El diseño ergonómico es esencial. Así, debes velar porque la silla te permita apoyar los pies en el suelo y que ojalá tenga altura regulable. El acolchado del asiento idealmente será de 20 milímetros, de tela flexible y respirable. La mesa ideal se ubica levemente por debajo de la altura de los codos - al trabajar con computadores - y en línea con éstos si se usan cuadernos o libros. Su cubierta tendrá que ser mate y de color claro, pues las superficies brillantes cansan la vista.
Y bien, ¿estás lista para hacer de tu lugar de estudio un santuario de la eficiencia?
Imagen CC CollegeDegrees360