La palabra “quiebre” no sólo se refiere a aquellas circunstancias en que “la sangre llegó al río”, decantando en una ruptura sentimental; también es apropiada cuando la crisis ha sido de tal magnitud, que hizo tambalear la estabilidad de tu relación. Sí, porque en ambos casos, algo se rompió: sea la confianza, alegría o solidez del vínculo. Y si aún con ello decidieron continuar, es extremadamente necesario darse a la tarea de reconstruir lo perdido.
En el caso de la confianza, ¡cuidado!. Muchas parejas tienden a pensar que ésta es “un deber”. Que es un ingrediente fundamental en la relación, el cual debe estar presente sólo porque sí. No querida: el hecho de que confiemos en nuestra pareja no es gratuito, se gana. Si él ha tenido actitudes que te llevaron a cuestionar este punto, es necesario que haga mérito para recuperarla. Claro, puede volverla a ganar, pero para ello tendrá que poner de su parte (y esto también aplica si fuiste tú la que tuvo un actuar poco fiable).
Si lo que les llevó a una situación delicada fue la pérdida de la alegría (sea porque ambos priorizaron trabajo o estudios por sobre la relación o bien, que dejaron de comunicarse de manera adecuada -, también habrá que trabajar para recomponer lo trizado. Aquí, los detalles son esenciales, ya que constituyen la principal herramienta para una reconquista exitosa.
Lo que debemos tener presente es que si tras atravesar una crisis no hay un cambio de actitud, lo más probable es que los problemas que la gatillaron vuelvan a presentarse. Para evitarlo, es necesario hacer una revisión a conciencia de los motivos que produjeron dicho quiebre. Al tenerlos claros, debemos procurar que éstos no se repitan.
Y para ayudarlas, aquí van unos tips generales:
1. Sé transparente con tu pareja. Si no tienes secretos extraños ni actitudes cuestionables, que confíe nuevamente en ti será muy fácil. Si fue él quien falló, conversar también es un signo de transparencia. Esta palabra y la confianza van estrechamente ligadas: en la medida de que se lean claramente la cartilla, precisando cuáles son sus expectativas y motivaciones, no habrá lugar para sospechas ni malos entendidos.
2. Cuida los detalles. La preocupación que muestres hacia tu pareja, así como tu disposición a enmendar los errores, son factores que suman ¡y mucho!. Si retomas ciertos hábitos de la conquista inicial, agregando a éstos la sabiduría que aporta el tiempo que llevan juntos, los resultados serán ¡de fábula! Estarán aún más enamorados que al inicio.
3. Comunícate. La facultad de expresar sinceramente nuestros sueños, expectativas, frustraciones y enojos es un ingrediente indispensable en una relación exitosa. No calles por temor a generar conflictos; esos silencios incómodos no hacen más que acumularse en un lugar del alma, para luego explotar agresivamente. Es sumamente necesario que de aquí en más te expreses, aunque lo que tengas que decir no le guste. Además, ten presente que con respeto, cariño y las palabras adecuadas, puedes decir cualquier cosa asegurándote de que caiga en terreno fértil.
Dicen por ahí que “lo que no nos mata, nos hace más fuertes”, y eso también es aplicable a las relaciones. Por lo mismo, si tuviste una crisis y decidiste continuar con tu romance, la razón es que el sentimiento fue más fuerte que la adversidad. Ese es un tremendo paso adelante, que indica que el potencial para triunfar está. Asegúrate de reconquistar a tu pareja, sanando las heridas que dejó la época oscura. Cumpliendo con eso, ¡serán invencibles!
¿Te animas a cumplir esta fundamental tarea?
Imagen CC Robert Wallace