Desde que comencé a pololear, entre las conversaciones con mis amigas siempre surge la posibilidad de una crisis. "Primero debes cumplir los seis meses, porque así ya llevas la mitad del camino hacia el año", decían algunas. Cuando ya estuvimos de aniversario, vinieron otros comentarios:"Entre el segundo y el tercer año, ahí viene la otra crisis". ¿En serio debemos medir el tiempo de nuestras relaciones según las crisis?
Crisis porque comienzas a pololear, crisis porque llevas muy poco y pueden no encajar, crisis porque ya llevas mucho tiempo y se pueden aburrir. Al final, las crisis están a la vuelta de la esquina. Personalmente, no creo que éstas vengan en años determinados. Si eres mal genio y no cambias tu actitud, puede venir un problema serio e incluso un quiebre. Si eres muy melosa y no cambias eso, también puede haber conflictos. Pero para qué culparnos sólo a nosotras: si él es muy celoso habrán dilemas también. O si es muy bueno para el trago; la crisis vendrá igual.
Esos momentos de quiebre los generamos nosotros, nuestras actitudes, la dirección hacia donde va nuestra vida. No culpemos al tiempo.
En todo caso, recuerden: una crisis no significa un quiebre definitivo. Un momento como éste puede generar que la relación madure, avance y no se estanque. Así es que, si finalmente debemos vivir una, pues ¡que vengan! Si eso hará que me encuentre en un mejor lugar con mi pareja, la tomo, pasamos el obstáculo y saldremos fortalecidos.
Y tú, ¿crees que las crisis tengan relación con los años?
Imagen CC Julia Shashkina