Un día me encontré mirando a través de la ventana de mi habitación, pensando en el ayer. Me di cuenta de lo mucho que todo ha cambiado. Una conversación, un par de excusas y unas cuantas lágrimas reprimidas, fueron los responsables de finalizar una relación de dos años.
Los días pasan y esta nueva situación continúa sin acomodarme. Hay veces en que quisiera volver atrás, pero rápidamente quito esa idea de mi cabeza. Tengo claro que esta sensación de pérdida y de creer que no volveré a sentirme bien, tarde o temprano se irá esfumando. Sólo debo retomar el mundo que dejé, ese que lentamente se posterga para ir formando uno en pareja.
El tiempo ha hecho su trabajo, ha cerrado las heridas y transformó la soltería en una oportunidad. Quizás sea un cliché, pero no por ello menos cierto. Éste es un proceso donde sólo cuentas tú y no, no es egoísmo, sino la ocasión que tienes para conocerte y entender qué papel cumples en tu entorno. Es la posibilidad de hacer cambios sin tener que pensar en terceros y saber exactamente cómo quieres pararte ante el resto (amigos, futuras parejas, familia, conocidos, etc).
Yo quiero vivir todas esas cosas y a la vez disfrutar; mas claramente no todo es a un nivel altruista: también deseo experimentar pequeños errores, esos que te ayudan a conocerte como mujer. Sólo quiero salir, tomar un par de cervezas, relacionarme con alguien y dejar que la noche fluya. Para mí eso también es parte de estar soltera.
Hasta aquí todo bien, sólo que no falta quien llega para decirte “¿Te metiste con alguien que no conocías?” “¿Supongo que sientes algo por él?” “Yo no podría”, "¡Ay no, pero..."
La opinión moral se le da tan fácil a mucha gente y en casos como éste, más aún. Bajo mis parámetros, no veo ningún problema de la índole que sea, al contrario: soy una mujer soltera, no tengo que dar explicaciones a nadie excepto a mí misma. Busco saber lo que me gusta y lo que no, con personas que están en idéntica sintonía y a veces es sin motivo alguno, sólo lo hacemos porque nos dio la gana.
Pensar en ésto me lleva a otra pregunta repetida: ¿por qué los hombres pueden y las mujeres no?. Lo siento por aquellos que siguen encerrados en esas paredes, pero éste proceso es mío y lo tomo como tal. Disfrutar de mi sexualidad no es sinónimo de herir a alguien, sino una decisión entre dos personas que no tienen cama a la cual llegar pasada la medianoche.
Hoy, esa misma ventana de hace un tiempo me entrega el reflejo de una persona completamente distinta, consciente de quién es por la sencilla razón de que optó por conocerse en todas sus facetas. De eso se trata estar libre y - si es tu caso - deja de reprimirte por desconocidos. No te quedes con un “qué dirán”, ya que el presente es hacer y deshacer, conforme a lo que te convenga a ti misma. Así que ¡disfruta, por algo estás soltera!.
Imagen CC David Compton