Para las mujeres, la posibilidad de trabajar y desarrollarnos en el ámbito profesional se ha vuelto parte habitual de cada día. Aún así, tiene un sentido distinto a lo que implica para un hombre, ya que nuestro género ha debido luchar para acceder al mundo laboral y tener oportunidades de crecimiento en él. Sin embargo, pasa que a veces nos vamos "en la volada" y nos volvemos adictas al trabajo, ya que es tanto el afán que tenemos por demostrar que somos buenos elementos, valiosas y destacadas en lo que hacemos, que sobrepasamos la delgada línea entre ser responsable y ser trabajólica. Si todos tus cercanos te comentan vives para trabajar y que tu pega está afectando tu vida personal - pero tú no les quieres hacer caso -, lee estos 5 indicios de que eres trabajólica y descubre con cuántos te identificas.
1. Siempre quedarte después del término de la jornada
En los trabajos hay momentos de calma y otros de máximo movimiento. Por eso, cuando hay algún "incendio" que apagar, es necesario resolverlo ¡incluso requieres quedarte en la oficina tras la hora de salida!. Sin embargo, si esta conducta es cotidiana en ti y siempre te quedas más para adelantar pega y disminuir el quehacer del siguiente día, algo extraño está pasando. Puede ser que estés tardando más de lo debido en tus tareas o que encuentres atrapada en el círculo vicioso del exceso de eficiencia.
2. Sentir que te falta algo cuando tienes tiempo libre
Pasa que cuando estás acostumbrada a un ritmo exigente, éste se vuelve normal para ti. Es por eso que, si eres trabajólica empedernida, cuando tienes demasiado tiempo libre (sea por vacaciones, un despido, licencia médica o cualquier otro motivo), los días, horas y minutos sin trabajar se te hacen eternos. Sientes que el tiempo pasa lento y que no estás haciendo nada útil con él. Si eres obsesiva con la pega, incluso podrías llegar a sentirte culpable por estar "haciendo nada".
3. Buscar un trabajo freelance o complementario para las horas libres
De lunes a viernes, estamos full tratando de compatibilizar el trabajo, el amor, la familia y a veces los estudios. Pero los días u horas libres son para nosotras, para hacer cosas de la vida cotidiana, compartir el tiempo con los cercanos o simplemente descansar. Una trabajólica no lo verá de esa forma y utilizará sus ratos libres en una actividad laboral complementaria, paralela a su trabajo estable (yendo desde las ventas hasta servicios freelance).
4. Almorzar en tu puesto de trabajo
Es un hecho que el cerebro necesita desconectarse del trabajo, al menos por unos minutos, para seguir rindiendo de manera eficiente. Por lo anterior, la hora de colación es el momento ideal para ver la claridad del día, caminar, tomar aire fresco y despegarte un rato del computador. Pero si estás optando por almorzar en tu escritorio, mientras redactas correos, escribes minutas o contestas tu anexo (y es una conducta diaria) estás ante una señal de lo que implica ser trabajólica.
5. Durante tus vacaciones, igualmente contestar llamadas del trabajo y hacer una que otra cosa relacionada con tu pega
El significado universal del concepto vacaciones, es tiempo para una, descanso, recargar las pilas y sobre todo, desconectarse de lo laboral por un rato. La trabajólica no lo verá así y aunque esté en la China disfrutando de su feriado legal, estará atenta al celular y contestando llamados de colegas, respondiendo correos o preparando propuestas para su regreso al trabajo.
Aunque la palabra trabajólica esté cargada de un significado más bien negativo, lo cierto es que como todo en la vida tiene cosas buenas y malas. Si eres una mujer enfocada en sus metas profesionales, sí o sí deberás dar tu mayor esfuerzo en sobresalir, pero lo importante es que no pierdas el equilibrio. Recuerda el dicho que dice "hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar" y que hay un mundo lleno de aventuras, amor y vivencias fuera de tu cubículo de trabajo.
Imagen CC Rachel Titiriga