Ahora que comparo las relaciones que he tenido - en el transcurso de mis ya 26 años -, puedo decir que me he enamorado sólo una vez y es ahora. Ha sido algo loco y maravilloso, significativo y especial; hoy me doy cuenta de que soy capaz de querer a alguien y tolerarlo más que a mí misma. Esta persona me inspira a salir de mis cánones y descubrir hasta dónde puedo llegar. Me abre los ojos, y le agradezco, porque por él siento algo genuino y natural, nada forzado ni improvisado. Disfrutamos de cada instante, nos apoyamos y deseamos alegría en nuestras vidas.
Soy una persona que intenta entregar energía positiva a sus seres queridos, procurando dar también a quienes no conozco un trato justo y una sonrisa cordial. Nunca ser amable me ha significado un problema; por el contrario: he intentado dar lo mejor de lo que tengo, entregándome a la gente que quiero porque me nace y no por obligación.
Cuando conocí a mi pololo, reflexioné profundamente respecto a todo cuanto pasé para al fin llegar a este punto. Este nuevo camino ha sido un proceso enriquecedor, el cual me ha enseñado mucho sobre mí: estoy aprendiendo a ser más paciente, a tomar las cosas con calma y por sobre todo, querer a otra persona de manera muy pura y auténtica. He evolucionado como mujer, en el amor propio y la capacidad de agradecerme a mí misma por lo que soy capaz de dar. No me da vergüenza admitir lo que siento, lo protejo y lo cuido.
Llegar acá y escribir sobre esto con tal convicción no ha sido fácil. Mis relaciones anteriores fueron grandes experiencias, por lo que debí trabajar en mi mente para hacerle entender que no todos son iguales, que hay hombres más maduros que otros y no buscan “presas” para coleccionar. Aprendí a minimizar las dificultades para no sentirme acorralada, cosa que me enorgullece. Después de todo, los bloqueos son mentales, no reales.
Cuando se tiene ganas de que algo funcione, hay que dejar de lado las inseguridades y actuar desde esa energía. Hay que atreverse a desarrollar el amor que se tiene para dar; al advertir “hasta donde puedes llegar”, te impresionas y todo cambia. Una hace las cosas porque cree en ellas, hay que aprender a llevarlas de manera distinta, para salir de ese molde en que vives con miedo a las relaciones. Hay que permitirse ser mejor para una y también para aquel que está a tu lado, ya que esa es la única forma de lograr que el sentimiento se materialice.
Y como buena guerrera ariana que soy, sé que las cosas continuarán bien.
Imagen CC Leo Hidalgo