Todas, alguna vez, hemos derramado unas cuantas lágrimas. Ya sea por una pena de amor, una profunda emoción o bien, cosas tan simples como bostezar o que entre una basurita en el ojo. ¡Y apuesto a que estas dos últimas variantes ni siquiera cruzaron por su mente cuando leyeron el enunciado!
Por eso, y porque conocer cómo funciona nuestro cuerpo es siempre interesante, hoy les contaremos que existen 3 tipos de lágrimas. ¡Lean atentamente para saber cuáles son!
1. Lágrimas basales: Aunque no lo crean, en todo momento nuestros ojos vierten lágrimas, ya que deben permanecer húmedos. Si no fuera así, sentiríamos dolor y ardor. Es por eso que las glándulas lagrimales las secretan constantemente, pero sin nublar la mirada ni que escurran por nuestras mejillas. Es más, si nuestros ojos son sanos ¡simplemente, no las notaremos! Permiten mantenerlos hidratados, además de protegerlos de la mugre y objetos extraños.
2. Lágrimas reflejas: Son las que produce el ojo cuando el viento le juega una mala pasada, facilitando la introducción de molestas basuras. También son las responsables de que picar cebolla nos cueste tanto. Bastante más profusas y molestas que las lágrimas basales, contienen anticuerpos que nos libran de gérmenes y bacterias.
3. Lágrimas emocionales: Afloran cuando nos sentimos muy tristes, enojadas o felices. Constituyen una expresión de ¡emoción en su estado más puro!. Son la respuesta del cuerpo a una verdadera explosión de hormonas, por lo cual cada gota las contiene en abundancia. Al derramarlas, el cuerpo busca equilibrarse y balancear nuestro humor. Además, contienen encefalina, calmante natural que nos ayuda a sentir mejor.
Ya sabes discriminar los distintos tipos de lágrimas. Cada una cumple una función muy especial para mantener la salud del organismo, así es que cuando sientas que debes derramarlas, ¡no te contengas y deja que fluyan!
Imagen CC Pink Sherbet Photography