“¡Pero cómo!, ¿no estás de novia?”, “Las personas a tu edad ya debieran formar una familia” “No deberías estar sola, la vida se disfruta de a dos”. Frases como éstas son sólo algunas de las que he oído constantemente tras responder a la típica pregunta: "¿y… estás pololeando?".
No, no estoy pololeando porque no me interesa en este momento. Siempre he sido una mujer para quien las relaciones son muy importantes y - luego de que mi última "transición” terminara -, me di cuenta de que no necesitaba a nadie más por un tiempo indefinido.
Ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que estar sola ha sido lejos la mejor decisión que he tomado. Por primera vez, estoy disfrutando mi soltería y puedo hacer lo que yo quiera, con quien quiera, o lo mejor: si no quiero hacer algo y quedarme viendo Netflix el sábado en la noche, está bien. El mundo no se acabará.
Veo a mis amigas con parejas y no me siento nostálgica; salgo o me quedo en casa sin dar mayores explicaciones a los involucrados. Cocino en el microondas o una gran cena para mí y mis amigos cuando quiera. O, lo más importante: no me molesta ir al cine sola (así puedo llorar, o reír… o quedarme a ver los créditos sin que nadie me esté molestando ni haciendo teorías ridículas de por qué me gusta quedarme). En fin, puedo declararme una mujer feliz consigo misma, que se dedica a sus intereses, vida profesional y social sin la mayor intervención de terceras personas. Y eso chicas, se llama libertad.
La cosa de estar soltera cerca de los 30 y no querer - por el momento- nada con nadie, no lo encuentro nada de mal. A pesar de lo que opinen terceras personas, que ni siquiera te conocen y creen que necesitas que te organicen la vida. A esos comentarios hay que hacer oídos sordos y escucharse a sí misma: ¿estoy bien así? ¿puedo sentirme feliz con esta decisión? Todo depende de ti.
Por que no se tratar de escapar de un corazón roto, o estar aburrida de los hombres para siempre y volvernos a la idea errónea del feminismo, si no de reencontrarse con una misma. Para mí es una declaración de amor propio, que todas deberíamos vivir aunque sea una vez en la vida. Porque créanme, no hay mejor manera de darse cuenta de lo que queremos para nuestro futuro que vivir y sentir al máximo el presente. Decir: estoy soltera y feliz, ¡por decisión propia!.
Imagen CC Dita Margarita