¿Por qué perdoné una infidelidad? Esta pregunta me la hicieron muchas veces, muchas personas y bueno, siempre partía explicándolo así:
Llevaba una relación de años - más de 3 - cuando descubrí que algo extraño pasaba con mi pareja. Las mujeres somos tan intuitivas, que no fue difícil identificar las señales de que no vivíamos un buen momento.
Mi pololo de ese entonces solía actuar de X manera y de un día para otro, esa rutina empezó a cambiar. Entiéndase: más horas extras de lo normal, llegadas tarde a la casa y no poder almorzar juntos casi ningún fin de semana. Como las sospechas para mí eran claras, un día me armé de valor y partí en busca de lo ya consideraba una verdad absoluta: ¡el engaño!. Y así fue, lo pillé con las manos en la masa y puse fin a la relación de inmediato.
Después de semanas de alejamiento, accedí a hablar con él y escuchar los argumentos que justificaban su mal actuar. Por una parte, tomé en consideración que era su primera falta grave y pensé que los seres humanos tenemos derecho a equivocarnos. Estaba segura de que el amor que aún sentía por él me ayudaría a perdonar y darle una segunda oportunidad.
La verdad, debo confesar que anexo a lo anterior, me motivaba la idea de poder demostrarle a la otra que al fin y al cabo, volvió conmigo. Hacerle saber que imploró mi perdón me reconfortaba, era una errada manera de sentirme ganadora. ¡Porque sí!, yo quería ganar esa batalla, refregándole en el rostro y por todas las redes sociales existentes, que estábamos juntos. Casi como para olvidar por completo el horrible y doloroso episodio vivido.
Y ese casi, es simplemente casi. Porque al final nunca olvidamos el fantasma de la infidelidad. Se puede retomar la relación y vivir lindos momentos de nuevo, pero te aseguro que ese amargo recuerdo siempre estará rondando. Y tú, cada vez que puedas sacarlo en cara, lo harás.
En mi caso, posterior al perdón, logré continuar con la relación por varios años. Pero reconozco que nunca olvidé la mentira y el engaño. Siempre fueron un invitado en la relación, que volvía a hacernos daño.
Y ustedes, ¿han vivido algo así? ¿Creen que se pueda perdonar y olvidar?
Imagen CC Ismael Villafranco