Tengo la insólita obsesión de lavar mis manos a cada minuto ¡no importa si no las he ensuciado! Y es que, según he leído, esto califica como un trastorno de tipo obsesivo-compulsivo (TOC), que se produce por ansiedad. Bueno, no sé, pero la verdad es que yo ¡no soporto las sustancias pegajosas en mis dedos!, ni la sensación de suciedad cuando apoyo mis manos en una superficie o toco un objeto… ¡Incluso las lavo cuando estoy cocinando y tengo que ocupar implementos!
Sí: a veces, cuando preparo chocolates o un platillo especial - porque tengo invitados a cenar -, me doy cuenta de que cada vez que toco un ingrediente, lavo mis manos. Y es algo que hago aún sabiendo que estos requieren mezclarse en la masa. Como me carga ensuciarme, al final termino lavando no sólo mis manos, sino también decenas de cubiertos, paletas, espumeras, batidoras, y todo artículo que me impida mantenerlas limpias.
Es una manía muy propia mía, y me imagino que otras personas también la deben tener (o eso espero, ja). La verdad es que es un acto que repito a diario y, a veces, de manera involuntaria. O sea, si estoy haciendo algo (pintar, comer, chatear, usar las pinzas, lo que sea) ni me doy cuenta cuando ya estoy en el lavamanos con el agua corriendo.
Y como si con esto no bastara, antes de lavar mis manos me preocupo de lavar el jabón. No, no estoy loca, sólo lo hago. Además tengo la costumbre de ocupar este producto en dos de sus formas al mismo tiempo: líquido y en barra.
Entonces, cuando repito una vez más la rutina de lavar mis manos, realizo una especie de ritual que consiste en refregar mis palmas y dedos. Luego, limpio la tapa del envase donde guardo el jabón líquido para aplicarlo y como segundo paso, lavo la barra de jabón bajo el chorro de agua. Insólito, ¿no?
Mientras más espuma salga, mejor, porque es como si fueran a quedar más limpias. Y para terminar, no sólo basta con cerrar la llave y tomar la toalla, sino que ¡vuelvo a lavar el jabón bajo el chorro de agua! como haciéndole un favor a quien lo ocupe después. Como paso final, me relajo manteniendo mis manos durante otro minuto en el agua, pensando que se hidratarán más si las lavo por más tiempo.
Yo prefiero los jabones con aromas, como los de Be Feelosophy que puedes adquirir en tiendas Falabella o locales de DBS Beauty Store. Me encantan porque disfruto de su fragancia cada vez que lavo mis manos. Ahora bien, hay personas que son alérgicas a estos productos, pero pueden optar a jabones sin perfumes ni químicos que produzcan malas reacciones u otros que son fabricados naturalmente.
La verdad es que en gustos no hay nada escrito, pero lo que sí sé es que ¡yo adoro lavar mis manos! Y pienso mantener esta fijación, por muy obsesiva-compulsiva que sea, ya que además me ayuda a resguardar mi salud y mantenerme lejos de gérmenes o bacterias (iuuugh).